Las consejeras de Participación Ciudadana, María Fernanda Rivadeneira y Sofía Almeida, asistieron con normalidad a sus oficinas, ubicadas en la sede principal del organismo en Quito.

Luego de la destitución de sus colegas José Tuárez, Walter Gómez, Victoria Desintonio y Rosa Chalá, el trabajo no se paralizó. Rivadeneira y Almeida coincidieron en que con la llegada de los nuevos consejeros se debe generar un consenso en el pleno para retomar las actividades que estaban previstas.

Para Rivadeneira, el Consejo no debe representar a ningún partido político, sino a la ciudadanía. Ella no quiere adelantar su criterio sobre quién será el nuevo presidente, solamente explicó que apoyará la candidatura que busque acuerdos entre los siete miembros.

Almeida mencionó que espera que las nuevas autoridades y los consejeros que quedaron cambien la imagen de la institución porque está deteriorada.

Las consejeras anunciaron que junto con Christian Cruz deberán autoconvocarse en los próximos días para tratar temas urgentes. Uno de ellos es la asignación del presupuesto para el organismo. “No podemos reunirnos en el pleno porque se requiere de cuatro consejeros para instalar la sesión, pero sí nos reuniremos entre nosotros”, aclaró.

Antes del mediodía, Tuárez arribó a las oficinas del Consejo. Él aseguró que no había recibido la notificación de su destitución por parte de la Asamblea. Por eso, con su equipo de asesores aún revisaba documentos pendientes, incluso tuvo tiempo para improvisar una rueda de prensa.

Él aseguró que se tomará un tiempo fuera de actividades para reflexionar y trabajar con organismos ciudadanos en todo el país. Además, no descartó regresar de lleno a la política.

Según funcionarios del Consejo, Chalá y Victoria Desintonio acudieron a sus oficinas luego de la decisión de la Asamblea para retirar sus pertenencias. Mientras que Walter Gómez no fue al edificio del Consejo. (I)