PAIS sufre una nueva disputa por la futura Convención Nacional
A la división de Alianza PAIS ahora se suma una nueva disyuntiva: los militantes que están de acuerdo con la realización de una Convención Nacional y aquellos que piensan que es ilegítima la convocatoria de la directiva.
El asambleísta Franklin Samaniego fue enfático al afirmar que la convocatoria responde a un pedido de las bases, sobre todo del sur de Quito, y dijo que es válido el llamado. “Quien convoca a la Convención es la dirección nacional del movimiento. No me voy a prestar para disputas extremas”.
Del otro lado estuvo el legislador Yofre Poma, quien aseguró que la convocatoria debió nacer del presidente del movimiento, que para él es Lenín Moreno.
“Nosotros somos orgánicos, el movimiento tiene una estructura: el presidente es Lenín Moreno, que está por sobre la Secretaría Ejecutiva, y oficialmente es él quien debe convocar a una convención”. En una posición radical se ubicó el asambleísta Carlos Viteri, quien criticó esta postura, pues a su criterio la directiva nacional estaría actuando “en base a nuestros estatutos”.
Es más, Viteri aseguró que “el presidente en funciones es Ricardo Patiño. El expresidente es Lenín Moreno, que está cesado en sus funciones por incumplimiento de lo que establecen los estatutos de Alianza PAIS”.
Del otro lado se ubicó la legisladora Marcia Arregui, quien puntualizó que la Convención Nacional “será una reunión de un grupo minúsculo. Una reunión de amigos que están en contra de los que están a favor”.
Para la asambleísta, las decisiones tomadas por la nueva dirección nacional son inválidas e ilegales porque sus miembros fueron sancionados por el comité de ética del movimiento. “Nosotros somos mayoría, respaldamos un gobierno, respaldamos a Lenín Moreno, el presidente del partido”.
La directora del bloque de AP, Ximena Peña, con más calma dijo que deberán esperar las resoluciones del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) para tomar una postura al respecto, pero la parlamentaria criticó que la convocatoria se haya hecho sin esperar el fallo. (I)