La organización somosgay denunció la represión de la policía
OEA discute el aborto y bodas del mismo sexo (GALERÍA)
El abismo que separa las posturas sobre el aborto y la homosexualidad de los grupos conservadores y liberales de América Latina ha dominado hasta ahora los debates previos a la Asamblea General de la OEA, con discursos encendidos dentro de las salas y marchas en el exterior.
Ni la situación en Venezuela, ni la reforma de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) o los derechos de los indígenas han provocado las pasiones que han manifestado representantes de la sociedad civil presentes en las reuniones.
El tema ha cobrado mayor relevancia por un proyecto de resolución promovido por Brasil que pide eliminar las barreras que enfrentan los homosexuales, bisexuales y transexuales en el acceso a la “participación política y otros ámbitos de la vida pública”.
El documento no menciona ni el aborto ni el matrimonio entre homosexuales, que es legal en Argentina y Uruguay, pero aun así ha movilizado a los dos lados.
Cada bando planteó su postura en un foro presidido por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, junto con representantes de los países miembros del organismo.
El paraguayo Ricardo Izquierdo, portavoz del “Grupo Pro-Vida y Pro-Familia”, aseveró que la defensa de la familia tradicional y el rechazo al aborto son ejes fundamentales para el desarrollo de América Latina.
“El derecho humano a la vida debe reconocerse desde la concepción hasta la muerte natural”, dijo en la reunión.
El portavoz añadió que “la unión estable entre el hombre y la mujer debe de ser promovida, fortalecida y protegida como base de la institución del matrimonio con fines de procreación y apoyo mutuo”.
Por su parte, Enrique Gauto, secretario ejecutivo de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), que siguió a Izquierdo en la intervención, señaló que las propuestas de ese grupo son “irreconciliables y contrapuestas” con la Convención Interamericana de Derechos Humanos.
Por su parte, Patricia Zabala, integrante de Adriana, grupo paraguayo de defensa de los derechos de las lesbianas, denunció que América Latina y el Caribe es la región del mundo donde se producen más crímenes por homofobia y donde menos se sancionan.
El canciller de Paraguay, Eladio Loizaga, declaró que en Paraguay no existe la homofobia, después de que el Ejecutivo anunciara que no apoyará la resolución que se votará en la Asamblea, ya que se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Una postura muy diferente manifestó Milton Romani Gerner, el embajador de Uruguay ante la OEA, quien dijo estar a favor del matrimonio entre homosexuales en una intervención apasionada en la que citó la Biblia, pese a confesarse “ateo y ácrata”.
“Somos iguales en derechos y sentimientos”, dijo el diplomático, a lo que los representantes de los grupos de defensa de los derechos de los homosexuales respondieron con aplausos y puestos en pie.
Romani destacó la experiencia de su país tras la aprobación en 2012 de una ley de interrupción voluntaria del embarazo.
“No ha aumentado el aborto” en Uruguay”, aseveró. El debate también tiene lugar fuera del recinto de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), donde se reunirán la gran mayoría de los cancilleres del continente.
El lunes miles de católicos y evangélicos participaron en una marcha y una misa contra el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras en otro lugar se manifestaban activistas en favor de los homosexuales.
La ONG paraguaya Somosgay acusó a la Policía de arremeter a golpes contra los manifestantes.
Datos
La lucha contra la pobreza es el principal punto en la agenda de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El número de latinoamericanos pobres hasta 2013 ascendía a unos 164 millones (27,9% de la población), según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Paraguay, sede de la OEA estos días, ilustra la desigualdad regional, donde se estima que 35% de los casi 7 millones de habitantes son pobres. En Asunción están reunidos 28 cancilleres de las 35 naciones miembros del organismo.