Nuevos disturbios se registraron en los alrededores del colegio Mejía en Quito (Galería)
Un grupo de manifestantes protagonizaron nuevos disturbios y cierre de vías esta tarde y noche a las afueras del colegio Mejía de Quito. Su reclamo es por el alza de los pasajes de bus que proponen los transportistas. Se enfrentaron con piedras y bombas molotov a la Policía Nacional que llegó al sector de Santa Prisca con motos y personal antimotines.
La lluvia, que cayó a las 17:15 en el centro de la capital, pareció dispersar la manifestación pacífica de 40 supuestos alumnos, que hasta ese momento solo bloquearon con papel y basura la calle Vargas a la altura de las calles Antonio Ante y Matovelle. Pero media hora más tarde ya sin lluvia volvieron a bloquear el paso vehicular. Al grito de “Únete Mejía”, más supuestos alumnos llegaron a las calles y generaron tráfico.
Con un número superior a las 200 personas, los manifestantes dejaban circular sin inconvenientes a los vehículos, mientras que a los buses los obligaban a detenerse por completo y segundos más tarde les permitían el paso sin antes patear y golpear la carrocería.
Ya caída la noche, a las 19:00, llegaron los primeros patrulleros, 6 que dispersaron a los manifestantes que se encontraban en la Vargas, una cuadra al nororiente de la Basílica del Voto Nacional. En esos momentos el ambiente se volvió tenso. Los policías los ahuyentaban con las motos y el sonido de los escapes que asemejaban a bombas.
Poco a poco fueron llegando más motorizados hasta que completaron la treintena. Los supuestos estudiantes del Mejía se vieron obligados a retroceder una cuadra, pero ya estaban armados con piedras y bombas molotov que las lanzaban contra los gendarmes. Esta situación continuó por 40 minutos. Los policías preparaban la estrategia para dispersarlos, pero la gran cantidad de manifestantes estudiantiles (cerca de 250) complicaba su labor.
Momentos después llegaron refuerzos. Treinta policías antimotines con escudos y trajes especiales formaron dos filas delante de las motocicletas y aguantaron los piedrazos que llovían en la fría y nublada noche quiteña. Hasta las 20:00, la protesta no pudo ser controlada porque los estudiantes superaban ampliamente el número de efectivos policiales que se rehusaron a lanzar bombas lacrimógenas.
Los negocios pierden clientes
Ximena Fuertes tuvo que cerrar temprano su negocio de pollos a la brasa en la calle Antonio Ante por las protestas que protagonizaron los estudiantes del Colegio Mejía. Su local no sufrió daños materiales pero sí perdió clientela.
Ella considera que es justo que reclamen por el alza de los pasajes pero no de esa manera. “Nadie gana con este tipo de actos, se perjudican ellos y nos afecta a las ventas de los negocios alrededor del colegio. Ojalá se solucione rápido esta situación”, comentó.
Una cuadra más arriba, el dueño de un cybercafé que prefirió el anonimato, comentó que ayer las protestas fueron más intensas y prefirió cerrar a las 18:00 para evitar daños en su negocio. “En estos días vivimos una tensa calma que no nos deja trabajar con normalidad” manifestó. Consideró que el pedido de incrementar el precio a $0,42 es exagerado y que debería haber un análisis entre todos los involucrados y llegar a acuerdos.