Latorre auxilió a Correa en el 30S
“No pensé en mí. Había que sacar al Presidente”
Una amistad de más de 40 años une a Francisco Latorre con el presidente Rafael Correa. Se educaron juntos en la unidad educativa San José ‘La Salle’ y fueron vecinos en Guayaquil.
En uno de sus recorridos en bicicleta por la ciudad, Rafael perdió el equilibrio y cayó sobre unas piedras, rompiéndose la cabeza. Pancho, como le decían en la niñez, buscó ayuda para su amigo y lo llevó a la clínica.
Una situación parecida pero más extrema se repitió el 30 de septiembre de 2010. Ese día Latorre estuvo desde el comienzo con el Primer Mandatario cuando pasó por momentos difíciles en el Regimiento Quito. “Ese día fatídico cuando intentaron matar al Presidente, tenía 9 días de haber salido del quirófano, no estaba bien de salud, pero fue maltratado, lo golpearon y la cantidad de gas que nos lanzaron le pudo provocar un infarto”, recordó ayer a EL TELÉGRAFO.
Pancho llegó minutos después que el Jefe de Estado al regimiento, epicentro de la insubordinación policial. Enseguida se integró al círculo de seguridad. Al salir los policías empezaron a lanzar bombas lacrimógenas por lo que Latorre ayudó al presidente Correa a colocarse una máscara, aunque él quedó desprotegido. “No pensé en mí, en ese momento había que sacarlo de allí. Este es un proyecto que tenemos desde muy niños y había que luchar por la convicción de cumplir, nada más”, contó.
En medio de la conmoción, Latorre ayudó al Presidente a caminar y pensó que el Hospital de la Policía estaría al cruzar una puerta, pero fue difícil porque se encontraron con varios escalones y tuvo que cargarlo.
Luego, ya dentro del hospital, en la habitación 302, lo acompañó durante la jornada y mientras Correa se recuperaba con hielo en la rodilla y se mantenía al tanto de lo que ocurría afuera.
En la noche, al momento de salir, empujó la silla de ruedas y se subió al carro junto a él. Allí vio morir al policía Froilán Jiménez que iba cubriendo el auto durante el cruce de balas entre militares y policías.
“Me da pena y me da vergüenza que haya pasado eso. Espero que nunca vuelva a suceder y creo que fue muy injusto porque la Policía ha recibido demasiado. Por eso, el Primer Mandatario está invirtiendo mucho en cultura, educación y salud, para que no se dejen llevar por grupos que solo han saqueado el país”, dijo. Agregó que “de lo malo hay que seguir adelante, no perder la esperanza y nunca olvidar lo que pasó aquel día”.
Latorre, quien cursó Tecnología Pesquera en la Escuela Politécnica del Litoral, así como Derecho y Comunicación, apoyó a Correa desde la campaña de 2006. En enero de 2007 se desempeñó como gerente Regional Sur de Petroecuador; en octubre de 2008 fue abogado de la Defensoría del Pueblo del Guayas y a partir de enero de 2010 hasta la actualidad se desempeña como asesor presidencial.