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Mujeres que reciben el bono de desarrollo se podrán afiliar al Seguro desde esta semana

Decenas de amas de casa se informaron el pasado miércoles, en Guayaquil, sobre los beneficios de afiliarse al Seguro Social. FOTO: JOSÉ MORÁN / EL TELÉGRAFO
Decenas de amas de casa se informaron el pasado miércoles, en Guayaquil, sobre los beneficios de afiliarse al Seguro Social. FOTO: JOSÉ MORÁN / EL TELÉGRAFO
12 de octubre de 2015 - 00:00

La tarde del pasado miércoles, María Karina Arévalo se dirigió presurosa hasta el colegio fiscal Amarilis Fuentes Alcívar. La mujer aprovechó que ese día un grupo de asambleístas iba a socializar los beneficios de la Ley Orgánica para la Justicia Laboral y Reconocimiento del Trabajo en el Hogar, en vigencia.

Lo que más le interesaba a ella era el capítulo relacionado con la afiliación de las mujeres que realizan el llamado trabajo no remunerado en el hogar, específicamente el de las amas de casa. En el plantel se encontró con otras mujeres que, al igual que ella, habían sido convocadas para ser parte del diálogo.

Arévalo, quien vive en la Isla Trinitaria, es una joven esposa y además madre de 3 hijos. Aunque conoce sobre la puesta en marcha del proceso de afiliación por parte del Biess desde hace más de una semana, quería conocer pormenores de este beneficio.

“Como ama de casa me siento agradecida porque nuestro trabajo por fin es reconocido, somos las primeras en levantarnos y las últimas en acostarnos en nuestros hogares atendiendo a nuestros esposos e hijos”, comentaba la mujer mientras esperaba a los miembros de la Comisión de los Derechos de los Trabajadores de la Asamblea, que explicaron los alcances de la afiliación.

Como toda ama de casa, explicó su rutina diaria: se levanta a las 05:00 para alistar los uniformes de sus hijos para que vayan a sus planteles, luego les prepara el desayuno, atiende a su esposo y casi de inmediato cocina el almuerzo, actividad que combina con otros quehaceres.

Pasado el mediodía, con la llegada de sus hijos, sirve el almuerzo y los ayuda en sus tareas;  al mismo tiempo, dice, nuevamente va a la cocina a preparar la merienda, que reparte cuando llega su esposo del trabajo. La jornada termina, no sin antes vigilar que sus hijos hayan terminado sus tareas. No siempre es el mismo ritmo, pues en ocasiones combina estas tareas con diligencias o actividades comunitarias.

En el recinto había quienes no conocían a fondo en qué consistía el beneficio, por lo que fueron más por curiosidad y por saber si también podrían aplicar al sistema de afiliación. Casi todas eran mujeres con niños en brazos y adultas mayores, provenientes de sectores populosos del sur de Guayaquil, como el suburbio, los guasmos, Santa Mónica, Fertisa y cooperativas asentadas en la Isla Trinitaria.

En el auditorio, el asambleísta Byron Valle explicó este derecho. En el sitio estaban trabajadores de empresas públicas y privadas, pues también se habló sobre el capítulo relacionado con los fondos previsionales cerrados.

Respecto de la afiliación de las amas de casa, Valle recordó que la idea se cristalizó cuando el 15 de noviembre de 2014 el presidente Rafael Correa entregó el proyecto de ley; el 14 de abril de este año la Asamblea la aprobó en segundo y definitivo debate.

La afiliación da derechos como una pensión jubilar por vejez, por incapacidad o muerte, explicó. Los beneficios no incluyen salud.

El aporte mensual se debe realizar hasta el 15 del mes siguiente en las instituciones financieras que tienen convenio con el IESS, las afiliadas serán excluidas de multas por moras e intereses, así como de responsabilidad patronal. Se podrán jubilar por vejez, luego de cumplir 240 aportaciones; las pensiones por incapacidad y muerte se podrán recibir desde la sexta aportación.

Además, si una mujer comienza a contribuir como ama de casa y luego pasa a trabajar mediante un contrato de dependencia laboral, se acumulan los aportes con los de la afiliación no remunerada.

Valle señaló que desde que se aprobó la normativa, nacieron disposiciones transitorias, reformatorias y plazos para crear las condiciones adecuadas para las beneficiarias. “Estamos creando un nuevo tipo de seguridad social para ir construyendo la universalidad, esta una iniciativa innovadora”, sostuvo.

Manifestó que se ha puesto un plazo para que hasta 2023 puedan estar afiliadas entre el 80% y 90% de amas de casas en el sistema de seguridad social.

El tiempo para que haya empezado la afiliación, el pasado 1° de octubre, está dentro de lo previsto, según Valle; consideró que lo más complejo es lo que se viene que es la operatividad. “En cada domicilio hay una persona que se dedica a labores de la casa, son 1,5 millones de mujeres que no son remuneradas y deben ser exhortadas”.

Es un proyecto que también involucra al área rural, así que es un trabajo complejo del IESS de ir a territorios, para que todos los hogares sean visitados y conozcan los beneficios, las personas se nutran de la información y se sumen a esta seguridad social.

“La próxima semana tendremos la comparecencia del presidente del directorio del IESS, Richard Espinosa, ante la comisión para que explique el mecanismo de operación que implementa y la comisión tendrá la oportunidad de efectuar las observaciones que sean necesarias, en aras de que se socialice en territorio”, anunció.

Hasta la semana pasada, de acuerdo con Richard Espinosa, se han registrado 2.245 amas de casa en la página web del IESS, una cantidad que, según él, revela la buena acogida al plan.

Para esta semana, dijo, se prevé iniciar el proceso de afiliación de las amas de casa que reciben el Bono de Desarrollo Humano. Reiteró la acogida de este beneficio que está en marcha, a través de la Ley de Justicia Laboral, de los mecanismos de interconectividad que tiene el IESS con el Registro Social y los respectivos presupuestos y resoluciones tomadas desde el Consejo Directivo. Para este año el Estado invertirá $ 5 millones, para 2016 se prevé una inversión de $ 46 millones.

Valle reiteró que este beneficio ya quedó establecido en la Constitución, pues el artículo 333 señala que se reconoce como labor productiva al trabajo no remunerado de autosustento y cuidado humano que se realiza en los hogares.

También señala que la protección de la seguridad social se extenderá de manera progresiva a las personas que tengan a su cargo el trabajo familiar no remunerado en el hogar, conforme a las condiciones generales del sistema de la ley. (I)

Beneficiarias del bono también pueden afiliarse

Desde que inició el proceso de afiliación, en forma simultánea empezó la socialización desde diversos organismos del Estado. La ministra de Inclusión Económica y Social, Betty Tola, se reunió con 30 mujeres usuarias del Bono de Desarrollo Humano de la ciudad de Manta. El diálogo se realizó en el domicilio de la ciudadana Gladys Asunción Delgado, en el barrio 15 de Abril.

Para la ministra, el objetivo de esta interacción es que la gente conozca la política pública del Gobierno en territorio y comprobar que los servicios lleguen a la ciudadanía. “De la mano del Gobierno podemos cambiar y mejorar las condiciones de vida, hemos comprobado en barrios y comunidades cómo el Bono de Desarrollo Humano ha sido de gran ayuda para las familias”, señaló.

Recordó que la universalización de la seguridad social está establecida en la Constitución; “antes de 2006 solo 2 de cada 10 estaban afiliadas a la seguridad social, hemos visto que muchas mujeres no han sido titulares de seguridad social. Cuidar a nuestros hijos y la atención en el hogar contribuye al desarrollo del país, por eso teníamos que reconocer este trabajo que realizan las mujeres en los hogares ecuatorianos”, sostuvo.

Las preguntas más frecuentes fueron cuánto tendrían que aportar con la afiliación; allí se les explicó que desde $ 2, según los ingresos del núcleo familiar, pueden aportar.

Son  1,5 millones de amas de casa, las que pueden ser afiliadas; el MIES entrega el bono a 444.250 personas, de las cuales el 95% es mujer jefa de hogar. Muchas mujeres coincidieron en decir que nunca pensaron que accederían a una seguridad.

Datos

La afiliación tiene 4 niveles: el primero es que si los ingresos del núcleo familiar son hasta la mitad de un salario básico (un valor de hasta $ 177), el ama de casa pagará $ 2; el Estado aportará al IESS con $ 9,73 de subsidio.

Si los ingresos del núcleo son desde la mitad hasta un salario básico unificado (desde $ 178 hasta $ 354), el ama de casa pagará $ 9,38 como aporte, mientras que el Estado subsidiará con $ 14,07 al Seguro Social.

En caso de que el ingreso sea desde un salario a un salario y medio básico unificado ($ 355 a $ 531), la beneficiaria aportará con  $ 19,38, mientras que el Estado aportará con $ 15,80.

Finalmente, si los ingresos familiares son desde $ 532 en adelante, el ama de casa aportará con $ 46,91. En ese último caso no   habrá subsidio estatal, pues se considerará que se trata de un núcleo familiar de nivel socioeconómico alto.

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