El presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), Fausto Trávez, emitió hace unos días un comunicado donde se pronunciaban “en favor de una paz sólida” en vista de la “delicada situación del país”.

En diálogo con EL TELÉGRAFO, la autoridad de la Iglesia ecuatoriana no descartó sumarse al diálogo siempre que sea “dirigido por alguien neutral”, un diálogo cordial donde sin agendas ocultas, donde todos estén dispuestos a ceder, sin culpables ni acusadores.

Considera que la convocatoria será bienvenida, venga de donde venga, pero tampoco se atreve a recomendar cuál puede ser ese “ente neutral” que facilite ese diálogo.

También reconoció que el arzobispo de Guayaquil, Antonio Arregui, ya renunció al cargo hace un año y dependerá del Santo Padre decidir quién lo reemplace. Al monseñor lo destaca como un intelectual que ha presidido varias veces la CEE.

“Sabemos que cambiarán a todos los obispos tarde o temprano y el arzobispo de Guayaquil ya presentó la renuncia hace un año, pero el santo padre lo cambiará cuando desee, eso no se sabe”, apuntó.

Desde su despacho, en el Palacio Arzobispal de Quito, Trávez también se refirió a la visita del Papa Francisco al Ecuador y sus mensajes en torno a la familia, la gratuidad y la cercanía de la Iglesia con la comunidad.

Lea mañana la entrevista completa en EL TELÉGRAFO.