Militantes de PAIS atendieron llamado del Presidente y no se concentraron
El llamado que hizo el presidente Rafael Correa para que sus partidarios -por respeto al duelo por la muerte de 22 militares - no realicen ninguna concentración en el Centro Histórico de Quito se cumplió al pie de la letra. No hubo ningún simpatizante en la Plaza de la independencia, cuyo monumento estuvo resguardado por cercas de metal, que al igual que la presencia de policías y un drone sobrevolando el palacio legislativo fueron los únicos elementos que alteraron la cotidianidad de este histórico lugar de la capital ecuatoriana.
Sin embargo, conforme avanzó la marcha de la oposición, la seguridad en los exteriores de la Plaza de la Independencia se incrementó. Lo que hasta las 17:00 fue un ritmo habitual de comercio formal e informal con la presencia de los turistas, de a poco se transformó. A las 18:00 casi todos los negocios se cerraron. Minutos antes se bloqueó el acceso vehicular tanto de transporte público como del privado en las principales calles que conectan al palacio de gobierno.
La Policía Nacional con cercas de metal, caballos y extintores impidió el acceso de las personas que buscaban ingresar o salir de este lugar; mientras un helicóptero constantemente sobrevolaba las acciones de la marcha opositora que partió desde la Caja del seguro.
Los gritos de los manifestantes, pidiendo que el mandatario Correa los escuche por momentos no se entendían por la fuerza del motor y las hélices del helicóptero que registraba todas las acciones.
El resguardo policial para todas las plazas emblemáticas de Quito como San Francisco, Santo Domingo y la de la Independencia fue total. A excepción de los manifestantes y los policías; así como uno que otro transeúnte en las intersecciones, el resto de las vías de este sector lucieron totalmente desoladas.
Con un Centro Histórico cerrado, los manifestantes lo único que hicieron fue entonar consignas y realizar grafitis en las paredes ante la mirada de los gendarmes que no tuvieron necesidad de emplear la fuerza. (I)