Actualmente, la Asociación Internacional de Parques Científicos, Tecnológicos y de Áreas de Innovación (IASP, por sus siglas en inglés) tiene 404 socios en 73 países. Eso representa una red de cerca de 150 mil empresas innovadoras, que están dentro de estos parques pertenecientes a la asociación.

¿Tienen el mismo denominador común todos los miembros del IASP?
En este tipo de proyectos se tienen denominadores comunes en todo el mundo, pero que al mismo tiempo ofrecen enormes diferencias porque cada proyecto debe adaptarse a un contexto distinto.
La IASP no siempre les dice este es el camino por seguir, aunque a veces sí tenemos ideas claras y consejos prácticos que ofrecer. Es decir, la forma de transmitir conocimiento puede ser con indicaciones positivas o con consejos de cómo sortear lo que ya sabemos que no funciona.

¿Cuál debe ser el papel de los gobiernos de los diferentes países en cuanto a estos proyectos?
Es el de auspiciarlos, fomentarlos, dotar los recursos iniciales, dar orientaciones estratégicas para que esos proyectos encajen bien dentro de la estrategia general de un país. En cambio, la gestión cotidiana debe estar encomendada a profesionales, pues los políticos no son buenos gestores, ni es su misión ni se espera que lo hagan.

¿Cuál es el riesgo si lo hacen políticos y no profesionales?
Cuando se ponen de gestores de proyectos o de empresas, por lo general y por lo que he podido ver, los proyectos se atoran, se detienen y acaban fracasando. Entonces, ese excesivo intervencionismo político puede ser un elemento erróneo.

¿En la visión de ustedes como asociación de aquí a 10 años cómo ven el desarrollo sostenible de estos parques científicos?
Lo vemos muy bien, pero siempre y cuando suceda lo que ha venido ocurriendo estos últimos años: el concepto de parque tecnológico no es inmutable, pues constantemente evoluciona, los parques cambian, introducen nuevos elementos, adaptan estrategias. Si este espíritu de no anclarse se mantiene, el concepto es muy exitoso.

¿Por qué es audaz lo que está haciendo el Gobierno de Ecuador en cuanto a Yachay como lo dijo durante un conversatorio con la prensa en Doha?
Creo que de una manera inteligente lo que propone con Yachay es dar un salto hacia la última generación de modelo de parques científicos y tecnológicos. No está mal pensado ya que se hace un esfuerzo público, porque vamos a poner en marcha un modelo hacia el futuro y dan ese salto que los pone a la vanguardia de los modelos. Entonces, desde el punto de vista hablé de audacia porque estos modelos tienen buenas perspectivas.

¿Si esos resultados se dan es positivo no solamente para el Ecuador sino también para América Latina?
Así lo creo y para todo el mundo en general, y desde luego para la IASP porque tenemos otro ejemplo que mostrar. Este tipo de proyectos (como Yachay) yo creo que pueden cambiar la cara de una sociedad, aunque pareciera que no porque ahora están en germen, pero si esto avanza y tiene éxito son proyectos que, además, le pueden inyectar autoconfianza a la sociedad, enseñar a nuestros jóvenes a que hay vida y soluciones más allá de tener el título y de colocarse de funcionario o de dependiente de algún gobierno, sino de crear su propia actividad empresarial.