La novela Topo, de John le Carré, podría servir de referencia para entender a los NOC’S ecuatorianos, concepto que más adelante explicaremos. Pero antes habría que contextualizar:

Es gracioso ver cómo los aludidos en el video de Telesur, trasmitido el lunes 06 de junio de 2016, reaccionan con mofas ante lo que está demostrado con documentos y fotografías: sus reuniones con supuestas agencias de cooperación internacional (en realidad son organizaciones canalizadoras de fondos de los Servicios de Inteligencia estadounidenses para acciones encubiertas en otros países).

Esta burla, según varios psicólogos, es una reacción humana que pretende obtener la solidaridad pública para que ese miedo se transforme en una burla generalizada en redes sociales y con ello olvidar momentáneamente ese miedo de lo ilegal. En otras palabras: ofender a quienes denuncia con la diatriba y con la mofa, recurso muy bien elaborado y hasta diseñado por los mismos personajes que financian ciertas campañas y estrategias de comunicación de contrainteligencia.

¿Pero qué se esconde detrás de esa “jocosa respuesta” de todos los y las implicados?

Buscaron generar una campaña de solidaridad al poner ridículamente en sus perfiles de redes sociales fotografías de la Central de Inteligencia de Estados Unidos-CIA. Y al parecer es su nueva “bandera de lucha”, pero ¿qué se puede esperar de simples instrumentos de tercer nivel que son usados por los servicios de inteligencia?     

Cuando hacemos una búsqueda rápida en internet sobre diferentes tipos de agentes e informantes que comúnmente trabajan para las agencias de inteligencia nos encontramos con los denominados ‘NOC’ o Non-Official Cover.

Un NOC es un actor que asume roles encubiertos en organizaciones sin vínculos directos con el gobierno para el cual trabajan. Es decir, son empleados de tercer o cuarto nivel dentro de una agencia de inteligencia.

Normalmente un NOC trabaja para un coordinador de informantes, el cual a su vez reporta a un agente de la CIA, el cual a su vez depende de un Jefe de Estación regional o local con una cubierta diplomática; estos últimos son los menos visibles y trabajan de manera mucho más indirecta, con más “intermediarios”, para evitar que cualquier vinculación abierta con un gobierno específico sea revelada.

Así, un NOC lleva una vida normal, por así decirlo, como empresario, voluntario en ONG, académico, periodista, líder de opinión, entre otros perfiles de acuerdo a la sociología del país donde se busca operar de manera encubierta.

En el caso del video transmitido la semana pasada por Telesur, Karen Hollihan actúa como una buena pero simple coordinadora de los NOC en Ecuador.

Ella aparece en varias fotos de reuniones privadas y públicas con actores políticos, periodistas y militares en servicio pasivo. Y es una empresaria guayaquileña con muchas conexiones comerciales.

Estos actores, se presume, no serían conscientes de que forman parte de esta estricta clasificación de acuerdo a sus capacidades de acción y formación.

En el caso ecuatoriano revelado por Telesur, los NOC nacionales mencionados en el video pasan de tener un rol insignificante en la vida pública, a un protagonismo e influencia creciente con las herramientas que les proporciona Hollihan, especialmente los contactos con agencias de cooperación para que obtengan financiamiento.

Se juega mucho con el ego de estos NOC ecuatorianos pues pasan de ser casi imperceptibles e insignificantes actores de la vida pública, a ser entrevistados por medios de comunicación nacionales y regionales aliados a la misma estrategia de promoción para darles falsa legitimidad.

Así mismo, este reclutamiento por su ego se acentúa con el deseo de aceptación de estos NOC frente a organismos internacionales que son creados específicamente para saciar esta sed de reconocimiento como el rol que juega el Instituto Interamericano para la Democracia en Miami.

Ustedes pueden verificar en YouTube cómo llegan  emocionados con sus mejores galas ciertos actores ecuatorianos que son invitados como “conferencistas de alto nivel regional”, todo por saciar su ego mientras obtienen la información que necesita Hollihan.

Entonces, estos actores de tercer nivel que buscan financiamiento en Washington, reuniéndose con el NDI, la NED o el IRI para poder mantener en línea portales digitales que supuestamente ‘defienden la libertad de expresión’, escudan su miedo de haber sido revelados con fotografías y documentos reales bajo una ‘reacción jocosa’, reacción que más bien demuestra una risita nerviosa.

En el fondo, al ser descubiertas sus reales motivaciones de ‘Libertad Asalariada’, terminan siendo ‘tontos útiles’ de una grave traición a la patria de un nivel degradante, por un plato de lentejas, por una visa. (O)