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Límite a la riqueza

Límite a la riqueza
29 de junio de 2015 - 00:00

¿Debe tener límites la riqueza? Para algunos grupos, especialmente los más ricos, el simple hecho de hacerse esta pregunta no tiene sentido. Sin embargo, Ingrid Robeyns, una de las filósofas más importantes del enfoque de Capacidades desarrollado por Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, y Martha Nussbaum, propone la doctrina filosófica del limitarianismo en su artículo ‘Having Too Much’. Según esta doctrina de justicia social, que se enfoca en el extremo superior de la distribución, los seres humanos tenemos del deber de no ser ricos, es decir, ‘el deber de no tener más recursos de los necesarios para una vida plenamente floreciente’.

Para Robeyns, el limitarianismo ‘considera que la riqueza es el estado en el cual uno tiene más recursos de los que son necesarios para una vida plenamente floreciente y demanda que si este es el caso, entonces uno tiene demasiado, moralmente hablando’. En consecuencia, los ricos tienen el deber de transferir sus excedentes monetarios, que es todo lo que está sobre una línea de riqueza, que es el umbral sobre el cual una persona rica tiene demasiado.

Robeyns defiende el limitarianismo sobre la base de 2 argumentos. El primero es que las grandes desigualdades del ingreso y la riqueza minan la igualdad política en tanto el poder económico se transforma en poder político mediante el financiamiento de partidos políticos, el financiamiento de ‘tanques de pensamiento’, la influencia en los medios de comunicación y el debate público, y el mayor acceso a los políticos y los hacedores de política pública. Considera que la legislación para reducir esta asimetría de poder es insuficiente ya que el poder se ejerce de muchas maneras informales.

El segundo argumento es la existencia de personas pobres con necesidades urgentes insatisfechas, personas con grandes desventajas como las personas con discapacidad, o problemas que requieren de una urgente acción colectiva como el calentamiento global o el deterioro de ecosistemas naturales. El dinero en exceso de un rico que tiene demasiado y que no lo necesita para llevar una vida floreciente puede ser usado para aliviar una o más de estas circunstancias.

Este último argumento se justifica por razones de eficiencia y justicia. En términos de eficiencia, ‘el valor moral del exceso de dinero es casi cero si es gastado en los ricos, mientras que es muy grande cuando se gasta en satisfacer necesidades urgentes insatisfechas’. Por su parte, la justicia implica que ninguna persona debería tener un mejor o peor trato en la vida debido a factores por los cuales no puede ser responsabilizado, como por ejemplo, las circunstancias de su nacimiento. Esto justifica una redistribución que si bien afecta las oportunidades de los que están mejor y que ya llevan vidas plenamente florecientes, aumenta e iguala las oportunidades de los que están peor y que partieron de menores oportunidades iniciales. Por lo tanto, ‘el limitarianismo se acerca a una situación de igualdad de oportunidades, antes que alejarse de ella’.  

El debate sobre la justicia social en el Ecuador puede nutrirse de esta doctrina y discutir un limitarianismo del buen vivir basado en los principios de suficiencia, armonía interna de las personas, armonía social con la comunidad y armonía con la naturaleza. (O)

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