El canciller asegura que su movimiento debe apoyar y fiscalizar al gobierno central
“La situación actual obliga a pensar en una nueva alianza”
Ricardo Patiño es uno de los fundadores del movimiento Alianza PAIS, que mañana celebrará su tercera convención nacional. Como primer secretario ejecutivo de la organización política reflexiona sobre los cambios que deberían implementarse en su organización para los próximos años. Y al mismo tiempo evalúa lo ocurrido el 23 de febrero.
¿La convención de PAIS marcará un segundo ciclo en la Revolución Ciudadana? Si es así, ¿con qué objetivos, alcances y características?
La elección del presidente Correa en febrero de 2013 en una sola vuelta marcó un nuevo momento en la Revolución Ciudadana. Por supuesto, provocó también un nuevo momento en PAIS, que como dice acertadamente el Presidente, es uno de los instrumentos de los que se sirve este proceso para avanzar en el camino de las transformaciones profundas.
La Revolución Ciudadana es un concepto mucho más amplio que PAIS. Se nutre de los procesos que impulsa el Gobierno Central, los otros poderes del Estado: la Asamblea Nacional que legisla, el Consejo de Participación Ciudadana que abre espacios, el Poder Judicial que se moderniza aceleradamente, etc., etc.
Además, por la Revolución Ciudadana la sociedad ha cambiado: surgen organizaciones sociales por doquier, independientes del aparato estatal, a las cuales es menester apoyar y respetar.
A la vez debemos crear consejos ciudadanos sectoriales, amparados en la Constitución y en la Ley Orgánica expedida por la Asamblea para que organizaciones sociales y consejos ciudadanos sean parte de un poder ciudadano, un poder popular en ciernes, que es lo que garantizará este proceso revolucionario. En definitiva, más democracia participativa hacia el Buen Vivir.
El movimiento PAIS es un elemento importantísimo de esta construcción y debe cumplir su papel favoreciendo y apoyando estos procesos.
El aparato estatal exige por su propia naturaleza que quienes lo conforman (funcionarios y empleados) sean más obedientes que deliberantes. El movimiento político, igualmente por su naturaleza, debe construirse con amplia participación ciudadana, para alcanzar la legitimidad suficiente.
El movimiento se fortalece en su relación con el Gobierno, pero debe crecer acompañándolo, orientándolo, criticándolo, fiscalizándolo. Esa es una función fundamental de nuestro movimiento político.
¿La convención está marcada por los resultados electorales del 23F o más a favor de imaginar un mejor escenario para 2017?
Luego del 23 de febrero ha quedado claro que seguimos siendo la principal fuerza política del país. Tuvimos algunos resultados negativos que se explican por una multiplicidad de causas, pero tenemos la suficiente capacidad autocrítica para revertir estos aspectos y prepararnos para una futura victoria en 2017.
La convención debería fijar las tareas que el movimiento debe cumplir para representar políticamente cada vez mejor a la ciudadanía.
¿Cuáles deben ser, a su criterio, los principales cambios o reformas en el modo de trabajar, actuar, operar y gestionar la vida del movimiento PAIS?
El movimiento PAIS está obligado a una permanente legitimación ante la ciudadanía. La satisfacción de esta necesidad debe darse utilizando métodos democráticos de selección de directivas y de candidaturas.
La situación actual obliga a pensar en una nueva alianza, un gran frente, diría yo, en el que participe PAIS, pero también otras fuerzas políticas del centro hacia la izquierda; y las organizaciones sociales que así lo decidan, todo esto para enfrentar con éxito la próxima contienda electoral de 2017; y más allá del compromiso electoral, para construir poder ciudadano.
Desde diversos sectores, incluido el presidente Correa, se ha criticado el sectarismo, canibalismo y hasta grupismo dentro de PAIS. ¿Cómo acabar con esos problemas?
El Presidente ha señalado que hubo sectarismo y yo creo que sí, en algunos casos; pero no solo porque el movimiento no hizo alianzas con otras fuerzas políticas, sino porque se impusieron candidaturas desde algunas direcciones.
De paso, digamos que en algunos sitios se hicieron alianzas y también perdimos. El tema de las alianzas no explica por sí solo los resultados electorales.
La política tiene 2 dimensiones: la del conflicto y la del consenso; cuando más nos acercamos al conflicto, vamos camino a la guerra; cuando más buscamos el consenso, mayores son las posibilidades de la paz. El movimiento PAIS se ha construido como una gran alianza en la que, por supuesto, es difícil alcanzar consensos; pero este es el camino que debemos seguir.
La presencia de tendencias dentro del movimiento PAIS es inevitable, si pensamos en que lo hemos constituido juntando fuerzas desde diversos sectores sociales, políticos, ideológicos, todos los cuales queremos el cambio. Volver al partido único sería un error, porque iría acompañado de viejos paradigmas fracasados en la historia. Nosotros pagamos el precio de ser incluyentes y de respetar la diversidad, pero vale la pena hacerlo, eso nos acerca a la paz y no a la guerra.
¿Está de acuerdo en una renovación generacional del movimiento o de procedimientos sin importar edades o representaciones geográficas o sectoriales?
La Revolución Ciudadana apostó por incluir a la juventud en este proceso; practica la equidad de género y hasta le reconoció derechos constitucionales a la naturaleza. Estos principios deben aplicarse en el movimiento.
Promover la participación de la juventud no debe excluir la participación de personas que por su experiencia acumulada son un gran aporte. El sano equilibrio entre juventud y experiencia ha hecho de nuestra Revolución Ciudadana una simbiosis exitosa.
¿Es hora ya de fortalecer la dinámica del movimiento, transformándose en partido o debe mantener la condición de movimiento de movimientos?
PAIS ha sido una gran alianza y ya lo hemos dicho, debe ampliarse en un gran frente, en una red de redes, que es lo que corresponde al siglo XXI. Quienes pretenden privilegiar el debate entre partido y movimiento añoran el partido único de cuadros, que no creo que corresponda a nuestra realidad y a nuestra situación histórica.
¿Es posible reconocer la existencia de tendencias (no grupos) al interior para resolver o afrontar diversos puntos de vista o visiones de determinados temas?
Por supuesto que la existencia de tendencias obedece al carácter pluriclasista y multicultural de nuestra representación política; por eso mismo, es indispensable profundizar los aspectos democráticos de nuestra construcción, si de lo que se trata es de representar políticamente a todas y a todos. La idea del partido clasista o indígena ya la hemos visto fracasar en la experiencia política ecuatoriana de los últimos años.