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A ella le entregaron escrituras de terrenos

La primera waorani que conoció el mundo

Dayuma Caento superaba los 90 años de edad y ya se movilizaba con ayuda de una silla de ruedas. Vivía en Puyo, en compañía de su hija, yerno y nietos. Fue la primera waorani en ser bautizada al cristianismo.
Dayuma Caento superaba los 90 años de edad y ya se movilizaba con ayuda de una silla de ruedas. Vivía en Puyo, en compañía de su hija, yerno y nietos. Fue la primera waorani en ser bautizada al cristianismo.
03 de marzo de 2014 - 00:00 - Redacción Política

El sábado falleció Dayuma, líder histórica del pueblo waorani de Ecuador y persona vital en el contacto entre estos indígenas y el Occidente. Según versiones de prensa, la matriarca, de avanzada edad, falleció en Puyo, aunque no están claras las causas de su muerte.

Dayuma fue la primera mujer waorani que el mundo occidental conoció y jugó un rol importante en las luchas sociales que emprendió ese pueblo en 1980 para que el estado ecuatoriano reconociera y devolviera sus territorios. Sobre su vida incluso se hizo una película norteamericana que sirvió de estímulo para misioneros cristianos de Estados Unidos, ya que fue la primera waorani en bautizarse.

Como los waorani no cuentan los años, se calcula que Dayuma Caento superaba los 90 años de edad, pero su historia empieza en los años 50.

Por esa época ella era una adolescente que debió huir de su tribu, luego de que su padre fuera asesinado por un clan rival. “Entonces le dije a mi mamá que me iba”, contó el año pasado en el programa Día a Día. Luego de varios días de caminata en la selva, Dayuma llegó a la hacienda de un colono, donde fue esclavizada. “Trabajaba todo el día, sin descanso, incluso bajo la lluvia”, describió la mujer. Su obligación era sembrar plátanos y yuca, cuidar animales y cocinar.
En 1956 llegaron a la selva amazónica ecuatoriana misioneros estadounidenses de Servicio Lingüístico de Verano (SIL, por sus siglas en inglés), con el objetivo de evangelizar a los waoranis.

Esa era toda una hazaña en Estados Unidos porque durante la mitad del siglo XX los waoranis asesinaron a cualquier extranjero que ingresara a su territorio.

De la selva llegaban noticias de masacres de trabajadores de la Royal Dutch Shell o de extractores de caucho. Los occidentales llamaron a los waoranis caníbales.

Pese a esos antecedentes, el SIL lanzó la operación Auca, que consistía en evangelizar a los ‘salvajes’ indígenas de la selva ecuatoriana, toda una proeza para la época.

La estadounidense Raquel Saint formaba parte de la iniciativa evangelizadora. Ella se enteró de la existencia de Dayuma y la contactó en la hacienda. “Yo vengo a conversar con usted sobre la palabra de Dios”, le dijo la norteamericana. Dayuma les enseñó su idioma, lo que sirvió en la operación Auca.

La primera etapa consistió en lanzar obsequios a los indígenas desde aviones a una localidad que llamaron ‘Terminal City’.

Lanzaban vasijas, botones, sal y ropa mientras desde megáfonos se hablaba en lengua nativa.

El 3 de enero de 1956, la misión aterriza en lo que se denominó ‘Palm Beach’. Allí instalaron un campamento e invitaron desde el avión a los waoranis a visitarlos. El primer contacto ocurrió el 6 de enero, con una pareja.

Dos días después, los waoranis atacaron el campamentos y asesinaron a los 5 misioneros. El hecho dio la vuelta al mundo gracias a un reportaje de la revista Life.

La masacre sirvió de inspiración al movimiento misionero estadounidense. Y la historia es frecuentemente recordada en libros de iglesias cristianas. La película El final de las Lanzas también recoge el hecho.

Raquel Saint no estaba en el campamento atacado, pero su hermano sí. Dayuma reconoció a sus familiares en los videos que hicieron los misioneros de sus primeros contactos. De hecho fueron ellos los que formaron parte del grupo que mató a los estadounidenses, por lo que siempre recordaba el hecho con profundo dolor.

Pese a esa tragedia, la amistad entre Raquel y Dayuma continuó. La estadounidense invitó a la nativa waorani a su país.
Allá Dayuma fue clave en la traducción que hizo el SIL de la Biblia a la lengua waorani, lo que era considerado una herramienta fundamental en la tarea evangelizadora de los misioneros.

Dayuma llegó a considerar a Raquel como su hermana. A ella le dio el nombre de Nemo, que en lengua waorani significa estrella.

Así transcurrieron los años, hasta la llegada de la década de los 80 cuando el país vivió la incursión de los indígenas en la vida política.

Ecuador fue testigo del primer levantamiento indígena.

Dayuma participó activamente en esa protesta, que al final logró que el Estado ecuatoriano reconociera y devolviera territorios al pueblo waorani.

Eso sirvió para que en esas zonas no ingresaran colonos, ni se explotaran recursos naturales. De hecho, aún hoy esa sigue siendo una demanda importante de esta nacionalidad.

Hay un zona de este territorio que no está delimitada y que frecuentemente ocasiona roces con los colonos, por lo que el tema está en la mesa de diálogo entre los waoranis y el gobierno de Rafael Correa.

Sin embargo, fue a Dayuma, en el salón Amarillo, del Palacio de Carondelet, a quien le entregaron las escrituras que garantizan el territorio waorani.

La lucha de Dayuma luego siguió contra la contaminación. En el reportaje que emitió Día a Día la dirigente se quejaba de las enfermedades que sufría su gente al beber agua de los ríos.

Contaba que muchos familiares de ella habían muerto al tomar agua que había sido contaminada por las petroleras.
La última batalla de Dayuma fue para lograr la paz en la selva ecuatoriana.

Los waoranis están enfrentados con los tagaeri y taromenane. De estos últimos dijo que ellos son grandes defensores de sus territorios.

El legado de Dayuma perdura en su hija, Eva, que también es dirigente comunitaria, y su yerno, quien está involucrado en la educación de los waorani.

SIL EVANGELIZÓ A DECENAS DE WAORANIS

El nombre en inglés del Instituto Lingüístico de Verano es “Summer Institute of Linguistics” (SIL). Su finalidad es la evangelización de los pueblos indígenas de todo el planeta.

Su tarea está centrada en la traducción de la Biblia a las lenguas originarias para avanzar en la tarea evangelizadora.

Gracias a esta labor forman parte del grupo de asesoramiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).

Las tareas de la entidad empezaron en 1934, como un pequeño grupo de traducción de textos en Arkansas, Estados Unidos.

Gracias a su trabajo se han identificado al menos 7.000 lenguas en todo el mundo, que no tenían archivos escritos.

En 1981, el entonces presidente de Ecuador, Jaime Roldós Aguilera, ordenó la expulsión del SIL del país.

El gesto fue apoyado por las organizaciones indígenas, que habían acusado al grupo de ayudar a las empresas petroleras multinacionales a sacar a los indígenas de sus territorios con el objetivo de explotar los recursos naturales.

Iguales denuncias se han registrado en otros países de Latinoamérica en Brasil, México, Panamá y Perú. También se vinculó a la familia Rockefeller de financiar al organismo cristiano.

Desde la década de los 50 hasta su expulsión, el SIL logró la evangelización de decenas de waoranis.

Datos

Los huaorani o waorani (también llamados sabela, auishiri, auca y huao) habitan en el noroccidente de la Amazonía ecuatoriana.

Los waorani hablan su propio idioma, el wao tededo. Se calcula que son unas dos mil personas. En los últimos 40 años, una parte de ellos se ha asentado en establecimientos permanentes en la selva. Pero cinco comunidades han rechazado todo contacto con colonos y se mueven continuamente en áreas más aisladas, generalmente en dirección hacia la frontera peruana.

Actualmente el Gobierno lleva adelante un diálogo con los waorani. Entre sus demandas está la delimitación de su territorio y el acceso a salud y educación, además de la creación de fuentes alternativas de trabajo diferentes a la caza y recolección de frutas.

El principal escollo de este diálogo es la detención de tres waoranis que habrían participado en la matanza de una aldea tagaeri a inicios del año pasado.

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