La normalidad volvió a Ambatillo, tras secuestro de más de 8 horas a militares
El ambiente agitado y encrespado que hace dos días reinó en Ambatillo, parroquia rural ubicada a 40 minutos de Ambato, este viernes cambió radicalmente. La plaza, canchas deportivas, iglesia, cultivos, caminos y la mayoría de hogares lucían casi vacíos y en silencio.
Del secuestro de 9 horas a un grupo de militares la tarde anterior, liderado por cabildos (dirigentes comunales), solo se oían comentarios en las pequeñas calles. “Es una vergüenza que por culpa de cuatro representantes de comunidades cercanas, en el país se nos tilde de secuestradores. La mayoría de nosotros vivimos en paz y nunca hemos tenido problemas con la justicia”, comentó un vecino.
El autor de esta frase, quien se dedica a la agricultura con sus tres hijos y esposa, dijo no entender las razones que llevaron a los dirigentes a retener a la fuerza la mañana del jueves, a 30 soldados cuya misión era resguardar las antenas del cerro Pilisurco, ubicado a 30 minutos de allí.
Esto debido a que durante varios eventos violentos protagonizados por indígenas de Tungurahua días atrás, se advirtió de una posible toma de las antenas que retransmiten la mayoría de frecuencias de radio, televisión y telefonía, en Ambato y ciudades cercanas.
“Invadiremos las instalaciones de los equipos de transmisión del Pilisurco, como muestra de a las protestas que nuestroshermanos de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) que protestan contra el régimen en Quito, desde el 13 de agosto”, señaló Mario Ramírez, vicepresidente de la etnia Tomabela, durante el plantón que grupos indígenas hicieron frente a la Catedral de Ambato, la tarde del miércoles.
La habitación donde permanecieron retenidos los 30 militares, lucían vacías y con gran acumulación de desechos, producto de la aglomeración de personas que la custodiaban mientras duró el secuestro. Dos ancianos del lugar advirtieron al equipo periodístico de este medio que ayer acudió al lugar, que se alejaran pues varios dirigentes indígenas de la provincia estarían próximos a llegar para planificar más acciones violentas.
“Es fácil reconocer a alguien de fuera. Si les ven con cámara en mano corren el riesgo de ser secuestrados, o peor aún, maltratados”, dijo un hombre, de forma disimulada. Otras personas agitaban las manos, advirtiendo en silencio del peligro de estar allí.
Pese a esto los dos accesos a la comunidad permanecieronhabilitados. Aún así nadie se arriesgó a ingresar por miedo a actos violentos. “Pasar por aquí es arriesgarse a que los indígenas nos apedreen pues ellos desconfían de todos”, mencionó un conductor que prefirió tomar un camino de segundo orden para llegar a su hogar, localizado en la comunidad Pucará alto.
Hasta el momento ningún dirigente de Ambatillo o del Movimiento Indígena Tungurahua (MIT), han emitido ningún comunicado oficial sobre el tema. De forma extraoficial se conoce que grupos indígenas marcharán en actitud de protesta esta tarde en el centro de Ambato. (I)