El presidente de la República, Rafael Correa, cuestionó duramente este sábado al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, por el financiamiento municipal de una estatua que representa a un niño lustrabotas, en supuesta alusión a los oficios tradicionales de la urbe porteña.

A juicio de Correa, la presentación de este tipo de imágenes no hace más que reforzar y naturalizar el fenómeno del trabajo infantil.

El Mandatario sostuvo que levantar este tipo de estatuas ‘costumbristas’ pretende presentar a la miseria como parte del folclor y refleja la mentalidad de las élites que dominan la ciudad.

La iniciativa fue financiada, en efecto, por el Cabildo guayaquileño y la inauguración, esta semana, estuvo a cargo del alcalde Jaime Nebot, opositor al Gobierno, que posó sonriente junto a la efigie de un betunero, representado en un niño descalzo de unos 12 años.

“Increíble, esto es parte del folclor. Le llaman oficios tradicionales de Guayaquil. O sea, un oficio tradicional es el menor de edad sin calzado que tiene que betunar para ganarse la vida. Esa es la mentalidad de nuestra oligarquía. ¡Por Dios!”, reprochó el Jefe de Estado mostrando gran indignación.

“Jóvenes del Ecuador, ¿cómo puede ser aceptado esto en el Ecuador del siglo XXI? Esto es un insulto para la pobreza, para nuestra niñez trabajadora. Esto debería ser un monumento para recordarnos lo que tenemos que cambiar, no un atractivo turístico como parte de los oficios tradicionales de Guayaquil”, añadió el gobernante ecuatoriano.

“Ese monumento que ahora es atractivo turístico para la partidocracia en Guayaquil es símbolo de una de las más grandes explotaciones que todavía perviven en nuestra sociedad y que debe significar una causa común para erradicarla para siempre: el trabajo infantil”, sostuvo.

A continuación, Correa subrayó: “Ojalá se rebelen los jóvenes guayaquileños frente a estas barbaridades de nuestra oligarquía, pero que transmiten bastante bien lo que piensan, lo que sienten, cómo conciben la sociedad, que esto es normal, que esto no hay que cambiarlo, que hay que perpetuarlo, que es parte del folclor”.

La publicación -el viernes último- de fotografías de Nebot posando como si estuviese haciendo lustrar sus zapatos por el niño betunero de la efigie generó total rechazo en las redes sociales, donde se criticó su actitud.