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Imaginemos un día sin trabajadores migrantes

Imaginemos un día sin trabajadores migrantes
19 de diciembre de 2015 - 00:00

Al igual que los otros seres humanos, los trabajadores migrantes son personas que tienen nombres, sentimientos y dignidad. Ellos llevan sus historias, responsabilidades y aspiraciones; y tienen sus derechos.  

En este Día Internacional del Migrante, recordamos la historia de Anna, una mujer de Sri Lanka que trabajó como doméstica en un país del Oriente Medio durante 20 años.

Su trabajo consistía en limpiar, cocinar y cuidar de dos niños, que crecieron bajo sus cuidados, permitiendo que sus padres pudiesen trabajar a tiempo completo.

Afortunadamente, su deseo y voluntad de mejorar la vida de su propia familia en Sri Lanka pudieron hacerse realidad gracias a que sus empleadores cumplieron con sus obligaciones hacia ella. Gracias a esto, Anna pudo mandar a sus hijos a la universidad, y asistió con orgullo y felicidad a su graduación.

Reconozcamos la labor de Anna, quien finalmente está por convertir en realidad su sueño de establecer una pequeña empresa de catering. Para ella, la migración se convirtió en una oportunidad, a diferencia de muchas de las personas que se alejan de sus familias en búsqueda de mejores oportunidades, con frecuencia arriesgando todo sin ninguna garantía. Para demasiados otros, todavía es algo ineludible, una necesidad muchas veces inducida por la falta de dinero para mantener a los seres queridos.

A nivel mundial, se estima en 232 millones el número de trabajadores migrantes, 25 millones de los cuales viven en los Estados Árabes. Muchos trabajan en sectores como la construcción, la agricultura o los servicios, incluyendo el trabajo doméstico. Estas ocupaciones son exigentes, realizadas en condiciones difíciles.

Si bien la migración laboral es bienvenida tanto en el país de origen como en el de destino, y aunque la historia de Anna es una de progreso y éxito – a pesar de todos los sacrificios que tuvo que hacer – para muchos migrantes es una historia de sufrimiento. Demasiados migrantes todavía son víctimas de la explotación, con el pago de elevadas tarifas de contratación, sin salarios adecuados y, en el peor de los casos, privados de su libertad, en situaciones semejantes al trabajo forzoso, a la esclavitud moderna. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima en 600.000 los casos de trabajo forzoso solo en el Oriente Medio, y muchos de ellos son trabajadores migrantes.

En esta ocasión, tratemos de comprender algunas de las dificultades que enfrentan los trabajadores migrantes. Preguntémonos: ¿Por qué migran? ¿Cómo son contratados, a qué precio, y cómo financian este gasto? ¿Qué condiciones de vida y de trabajo enfrentan? ¿Reciben el salario que se les prometió con puntualidad? ¿Su vida privada es respetada? ¿Con cuánta frecuencia ven a su familia? ¿Pueden renunciar libremente con el preaviso estipulado, si no les gusta su trabajo, y a qué precio? ¿Tienen acceso a mecanismos de queja en caso de maltrato? ¿Qué modalidades de indemnización existen en los países de destino?

Estas son preguntas que la mayoría de nosotros no se plantea en lo que se refiere a nuestra vida profesional. Pero en el caso de los trabajadores migrantes, las respuestas a estas preguntas revelan los numerosos desafíos que ellos enfrentan.

Si duda alguna nos beneficiamos enormemente de las millones de ‘Anna’ en el mundo. Ellas dejan a sus seres queridos para ir a trabajar a otro país en empleos con salarios más altos que en sus países pero que están acompañados de condiciones de trabajo tan difíciles y cuya remuneración es tan inadecuada que los ciudadanos del país se rehúsan a aceptar.

¿Qué pasaría si no contáramos más con ellos? ¿Y si mañana fuese un día sin trabajadores migrantes? La migración laboral es un poderoso factor de desarrollo, tanto para el país de origen como para el de destino.

El tema está en el orden del día de todos los gobiernos, y los Estados miembros de las Naciones Unidas reconocieron su importancia al asumirlo como elemento central de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. (O)

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