La crisis económica, la epidemia provocada por el virus del zika, el proceso de paz en Colombia y la crisis política de Haití dominaron la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac). Y esos temas están reflejados en las resoluciones que surgieron el miércoles en la noche.

En el terreno económico el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, propuso a sus pares crear un plan táctico anticrisis para la región. “Es la hora de un plan de solidaridad, de complementariedad, de desarrollo compartido de América Latina y el Caribe. Es hora de probarnos, como lo hemos hecho en la política”.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, también llamó la atención sobre la difícil situación económica. En esa línea una de las resoluciones fue “no abandonar el tema de países de renta media y altamente endeudados”. Además el foro reconoce la “reestructuración de deuda soberana como problema de Estado”.

En realidad fue Haití el tema más discutido en la plenaria. El anfitrión, el presidente ecuatoriano Rafael Correa, hizo una pausa en los discursos y abrió el debate entre sus colegas. Puerto Príncipe solicitó una comisión de la Celac que medie en la crisis política del país caribeño a raíz de la suspensión de la segunda vuelta, prevista para el domingo pasado.

Pero a la misma hora, en Washington, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó el envío de una misión especial a pedido de los propios haitianos. Eso llevó a que Correa se preguntara sobre la utilidad de la Celac debido a que ya había otro organismo trabajando sobre el terreno.

A partir de allí surgieron diversas posturas. Bachelet secundó a Correa, quien propuso enviar una comisión de cancilleres que recolecte información para luego tomar una postura. El planteamiento generó consenso.

Finalizada la cumbre, Correa explicó lo acordado. “Se va a mandar una misión para ver qué es lo que está pasando, pues ustedes saben que se pospuso la segunda vuelta electoral y fenece el período del presidente Michel Martelly, entonces habría un vacío constitucional”. Haití espera que las distintas misiones internacionales medien y calmen las protestas generadas por la oposición, además de hallar un mecanismo de transición.  

Los mandatarios también celebraron las conversaciones que desde 2012 mantienen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno colombiano en La Habana. Los gobernantes felicitaron al presidente Juan Manuel Santos y expresaron la disposición del bloque de sumarse a la misión de Naciones

Unidas que supervisará el cese del fuego y la dejación de armas. “Apoyo en el proceso de paz de Colombia” es una de las resoluciones del foro. “Entregamos una Celac con toda la capacidad de apoyar la verificación del acuerdo”, dijo el Mandatario ecuatoriano. Santos comentó detalles de esa misión.

“No es Colombia ni las FARC. Son Naciones Unidas las que escogen de acuerdo a su experiencia, de acuerdo a su conocimiento y de acuerdo a las ofertas que reciban”, dijo el jefe de Estado.

“Nos dicen de Naciones Unidas que ya han recibido muchísimas ofertas de muchísimos países, porque muchos están interesados en participar (...). Pueden ser de cualquier país que pertenezca a la Celac”, agregó Santos.

El Consejo de Seguridad de la ONU resolvió de manera unánime el lunes pasado enviar a Colombia, por un período de un año, una “misión política” integrada por observadores internacionales desarmados para participar en un “mecanismo tripartito” para “vigilar y verificar el cese bilateral y definitivo del fuego y de las hostilidades”.

Sin embargo, todavía falta conocer la procedencia de esos observadores y su plan de acción.

Se aprobaron una veintena de declaraciones especiales, que incluyeron un llamado a Estados Unidos a levantar el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, y a devolver a la isla caribeña el territorio de Guantánamo.

En otros de los textos se ratificó la solidaridad con el reclamo argentino sobre las islas Malvinas. La Celac rechazó el decreto del Gobierno estadounidense donde se acusa a Venezuela de ser un peligro a la seguridad del país norteamericano.

También acordaron la defensa de la soberanía, la seguridad alimenticia, las políticas antidrogas, desarrollo energético y la lucha contra la corrupción. El flamante presidente pro témpore de la Celac, el dominicano Danilo Medina, se comprometió a impulsar la agenda del bloque de 33 países, en un año. Admitió, de enormes desafíos económicos, sociales, ambientales e ideológicos. (I)

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Cancilleres de Unasur se reunieron

Samper propone una ciudadanía regional

Un día después de la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) celebrada en la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), se realizó la reunión ordinaria de ministros de Relaciones Exteriores de este último bloque.

Dos ejes temáticos se discutieron en la cita del organismo regional: la movilidad de personas, bienes, servicios y capitales y el proceso de paz en Colombia.

El secretario de la Unasur y expresidente de este país, Ernesto Samper, pidió el apoyo de los ministros de Relaciones Exteriores para impulsar el proyecto de ciudadanía sudamericana. “La verdadera integración a mi juicio tiene que ver con la movilidad de personas si las personas no sienten que se pueden mover en la región no estamos haciendo nada significativo en cuanto a integración”.

La iniciativa incluye políticas de retorno, para estudiar, turismo, trabajo, enseñanza, redes científicas y tecnológicas, y la homologación de títulos profesionales, además del derecho a votar, ser elegido y servicios sociales.

El proyecto, según Samper, podría tomar un año y permitiría a los ciudadanos sudamericanos terminar sus estudios en otra universidad de la región.

Con respecto al proceso de paz de Colombia, una vez que la Celac lo respaldó, es fundamental -según Samper- que las demás instancias también se hagan eco.

La canciller colombiana, María Ángela Holguín, explicó algunos de los avances sobre el retiro de minas; el consumo de drogas, el cual es un problema de salud pública; y el sistema integral de verdad justicia y no repetición que atiende los casos de millones de desaparecidos y desplazados.

En su presentación, Holguín comentó que se ha creado una comisión especial de  verdad y convivencia y la no repetición, así como una unidad especial para búsqueda de personas desaparecidas, trabajo que ya inició. También se prepara una jurisdicción especial para la paz, verdad y responsabilidad de hechos y conductas en las que si un integrante de las FARC confiesa su delito se le otorgará de 5 a 8 años de cárcel con posibilidad de medidas preventivas, pero si no lo hace serán 20 años.

Otras materias que se mencionaron fue la crisis económica que afronta la región, sobre todo, por el bajo precio del petróleo. En este sentido Samper señaló que una solución para salir de la crisis no puede implicar un ajuste social.

También se insistió en una nueva política de drogas basada en los derechos humanos y la renovación del fondo de iniciativas comunes que permitirá financiar proyectos de integración. (I)