España resurgió con los Pactos de la Moncloa
En 1977, dos años después de la muerte del dictador Francisco Franco Bahamonde, la situación económica y social de España se volvió explosiva.
En una publicación de diario El País, se indica que la radiografía de aquella España presentaba, en el terreno económico, un cuadro grave: llegaba lacerada por la crisis económica mundial causada por el encarecimiento de los precios del petróleo, tras la guerra del Yom Kippur, entre árabes e israelíes, de 1973.
Bajo ese escenario, el gobierno de Adolfo Suárez encargó a Enrique Fuentes, vicepresidente del área económica, y a Fernando Abril Martorell, vicepresidente del área política, la puesta en marcha de la maquinaria para tratar de corregir la situación española.
Fue así que entre el 8 y el 21 de octubre de 1977, 30 dirigentes de los grupos con representación parlamentaria se reunieron en el palacio de La Moncloa, por iniciativa de Fuentes.
“O los demócratas acaban con la crisis económica o la crisis acaba con la democracia”, dijo Fuentes recuperando una frase de un político republicano de 1932.
La idea de la sesión era sellar un acuerdo que impulsara la transición y permitiera una salida consensuada a la crisis.
Los parlamentarios no sólo elaboraron un plan de ajuste, sino que también trazaron las bases de la modernización de los sistemas financiero y tributario. Este compromiso vinculó a sindicatos, patronal y Banco de España.
Fuentes se empeñó en que las decisiones fueran avaladas y negociadas por todos los partidos para dotarlas de legitimidad y, sobre todo, de continuidad.
Tras ello, el 25 de octubre de 1977 se firmaron los Pactos de la Moncloa (fueron dos, denominados Acuerdo sobre el programa de saneamiento y reforma de la economía y Acuerdo sobre el programa de actuación jurídica y política), que se convirtieron en un paradigma mundial de diálogo y convivencia democrática. Los pactos permitieron a España iniciar el camino de la modernización que la llevaría a integrarse, en poco tiempo, a la Unión Europea. (I)