Entrevista / gina godoy / asambleísta de pais
"Es hora de hablar de ellos y con ellos sobre violencia y machismo"
La Asamblea organizó en septiembre el foro Beijing+20, donde se analizaron temas como la desigualdad, la discriminación y la violencia contra la mujer. La legisladora Gina Godoy se refirió al último punto y consideró urgente incluir a los hombres para cambiar patrones culturales sobre el machismo.
¿Qué conclusiones dejó el foro de Beijing+20 en Quito?
Se trataron 3 temas: Mujer y comunicación, que tiene que ver con el acceso y uso de las tecnologías de la comunicación para una mayor participación de debates; el segundo fue sobre La Niña, como una etapa con condiciones básicas para su alimentación y su seguridad. El tercer tema fue Mujeres y Economía identificando la oportunidad de generar ingresos, poder administrar recursos para no ser dependientes.
Ecuador tiene una legislación de avanzada ¿qué hace falta para que se haga efectiva?
Las prácticas culturales no cambian con una nueva ley, requieren sensibilización, comprensión y conocimiento. A ratos la cultura asume que lo doméstico es femenino y el espacio público laboral es masculino; a esa sociedad se le debe dotar de información sobre la igualdad de derechos en ambos géneros. La violencia no es natural, no es una forma de relacionarse entre marido y mujer, es una violación de derechos. Las sanciones son insuficientes porque muchas veces la víctima denuncia, adquiere protección pero en la casa está la misma persona que atenta sus derechos.
Existen casos en que la víctima permite estas conductas...
Se dice que las mujeres somos reproductoras del machismo, porque soportamos que ese marido siga pegando, pero es tremendo poner a la víctima como responsable porque no tiene las condiciones para decirle a su pareja “no me pegues”, porque la sociedad le dice que ese es su papel, de tal manera que decir que somos responsables de nuestra propia desgracia es reproducir esa práctica cultural.
¿Qué debe hacer la sociedad para cambiar esos patrones?
La violencia llega incluso a que la mujer o la víctima se anula, no tiene capacidad de reacción, se siente incapaz de buscar respuesta. Ya es hora de hablar también de ellos y con ellos. Hemos hablado mucho de las víctimas, pero hemos invisibilizado a los agresores. Ellos deben comprender que no son los dueños del mundo, que son seres humanos como las mujeres y que tienen tantos derechos como ellas y que si tuvieren una situación personal no se resuelve lastimando a otra. Es cuestión de que se cuestionen, dejar a un lado de que ellos son los machos.
¿Cómo involucrarlos en el cambio?
Tiene que haber la suma de muchos actores para que estos cuestionamientos lleguen a los espacios, tiene que aterrizar en las calles, en la televisión, donde se realiza entretenimiento, a ratos recreaciones de estos roles. La capacidad nos obliga a encontrar nuevas formas de comunicar, vender, alentar a que otros hagan suyos estos compromisos. (I)