¿Qué experiencia tiene Cuba dentro del contexto del ‘twitter cubano’ o ZunZuneo?

No es la primera vez, es parte de la política agresiva que EE.UU. tiene en contra de Cuba desde el triunfo de la Revolución. En el memorándum del Departamento de Estado sobre Relaciones Exteriores de EE.UU., el 6 de abril de 1960 se explica que a través del desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y dificultades materiales se emplearán rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba. Entonces, la asfixia económica, desestabilización y crear fuerzas opositoras son parte del mismo diseño que han aplicado en Ucrania, Libia, Siria y ahora en Venezuela, que ya atravesó un intento de golpe de Estado en 2002. Incluso se intentó aplicar en Ecuador con el 30-S.

¿Cómo empezó a funcionar ZunZuneo en Cuba?

Comenzó en 2010 y duró hasta 2012, cuando cerró por falta de financiamiento. Primero obtuvieron ilegalmente la base de datos de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa). Lograron una red de alrededor de 40.000 usuarios jóvenes de nuestro país.

Con mensajes de música, deporte, moda y entretenimiento crearon un público meta para después bombardear con mensajes de carácter político, con el fin de movilizarlos. Además se planeaba enviar spam para alterar el flujo informativo y el uso de internet en la isla. Etecsa detectó desde 2009, en menos de un mes, más de 300.000 mensajes spam provenientes de ZunZuneo.

¿Cómo se filtró esa información?

Esa es la dependencia tecnológica. Todo pasa por Estados Unidos. Aunque Cuba no tiene cables submarinos que nos conecten a EE.UU., nuestras comunicaciones se hacen por satélite y, ¿quién tiene los satélites? Por ello, es importante lo que Brasil busca con la independencia tecnológica, porque la realidad es que somos víctimas del espionaje.

¿Cuál es la importancia del debate sobre el uso de las nuevas tecnologías de la información con fines políticos y subversivos, en contraposición con la propuesta de Brasil de tener una soberanía cibernética en Latinoamérica?

Creo que eso es lo que ofrece la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac): lograr integración entre nosotros mismos.

El valor de esa iniciativa, que hay que considerarla, son los esfuerzos que están haciendo nuestros países por buscar independencia económica, tecnológica y científica. Tenemos que desarrollar nuestras propias capacidades para no necesitar de los que nos venden el equipo y no comparten el conocimiento, por lo que nos mantienen ahí hasta que les seamos lucrativos. Es una relación diferente a la que existe entre Ecuador y Cuba, en donde hay colaboración. Por ejemplo, en la ciudad del conocimiento Yachay se construirá una bio-fábrica, en donde vamos a dar asesoramiento científico. En la tecnología de la información tenemos que hacer lo mismo.

Dentro de la propuesta de Brasil está crear leyes que obliguen a Facebook y Google a tener una base de datos dentro de cada país para que la información que recojan no se quede en EE.UU...

Sería un cambio sustancial y necesario para nuestros países; porque, miren lo que ocurrió en Cuba con la base de datos Etecsa. Siempre se corre el riesgo, así que el principal antídoto contra esto sería la cultura y conciencia de la gente: educar a la gente sobre los peligros que pueden existir. No se puede sostener un proyecto como el nuestro bajo la restricción de la información y colocando a las personas en una urna de cristal; es imposible.

En el caso de Cuba, es importante que nuestros jóvenes estén educados para que no puedan ser manipulados con el bombardeo del discurso único. Ese es el camino, nadie escapa a la globalización, por eso Latinoamérica necesita caminar con sus propios pies. Por ejemplo, Yachay en este sentido nos parece muy bien orientado.