El Código de Entidades de Seguridad y Orden Público creará una unidad civil especializada en protección de mandatarios
El Presidente prescinde de los edecanes, en busca de sociedad "sin tantos protocolos"
Eran la sombra del presidente. Así se los definía a los edecanes, los militares que acompañaban al Primer Mandatario a todos los actos. Eran aquellos soldados que se colocaban detrás del gobernante de turno.
Hay una imagen icónica del país donde aparece Lucio Gutiérrez como edecán de Abdalá Bucaram y junto a él Fabián Alarcón, quien después se convertiría en presidente interino. Ahora esa figura prácticamente ha desaparecido. En un emotivo acto en Carondelet, el presidente Rafael Correa se despidió de ellos el lunes pasado.
El Jefe de Estado se despidió del teniente coronel de Estado Mayor, Ricardo Antonio Cajas (Ejército), del teniente coronel de Estado Mayor, Nilo Mauricio Estrada (FAE), y del capitán de Fragata, Jimmy Fidel Molina (Armada).
Hasta el año pasado, los edecanes, que siempre eran tres (uno por cada fuerza) eran designados en base a la Ley de Personal de Fuerzas Armadas. Debían ser siempre oficiales, generalmente coroneles.
En 2015 la Asamblea reformó el artículo 45 de la normativa antes citada. Ahora se prohíbe que los edecanes den seguridad a las autoridades civiles, excepto al Presidente, a cuya discreción queda si desea o no tenerlos.
Antes los titulares de las funciones del Estado, los ministros e incluso la familia presidencial, tenían esta compañía. “A la Presidenta o Presidente de la República le corresponde, en exclusiva, el empleo y la asignación de edecanes afectos a su servicio, si lo estimare oportuno, quien determinará sus funciones y el tiempo de permanencia en el cargo, que no podrá exceder de 2 años”, estipula el artículo 45.
Y añade que “para la designación de edecanes y del Jefe Militar de la Casa Presidencial, el Ministro de Defensa Nacional debe presentar una terna de candidatos para cada cargo a la o al Presidente de la República, de la cual esta o este escogerá a los titulares”.
Correa se acogió al cambio y prescindirá de estos acompañantes. “Quedan sus nombres grabados en la historia, queridos amigos edecanes salientes, porque ustedes serán los últimos edecanes que yo tenga”.
La historia de los edecanes se remonta a 1952, cuando se creó la Subsección de Edecanes y el Escuadrón de Escolta Presidencial Granaderos de Tarqui, cuerpos encargados de brindar los honores y la seguridad a las máximas autoridades del país, entre ellos, al Presidente de la República.
Pero con el paso de los años la figura del edecán se convirtió en protocolaria ya que en realidad no era su prioridad la seguridad del Jefe de Estado. Esta tarea, así como la revisión de los espacios a donde asistiría, quedaron para otras personas.
Por eso Correa consideró “necesario tener una sociedad sin tanto protocolo y en extremo humilde (…). La historia nos dará la razón. Necesitamos una sociedad más sencilla, que esa sencillez venga del ejemplo de las máximas autoridades, sin pompas ni alardes”.
El objetivo es que los militares ya no se preocupen de estas actividades protocolarias para que “nuestros soldados se dediquen a las misiones encomendadas en la Constitución de la República”.
En cuanto a la seguridad del presidente esta será responsabilidad de un grupo especializado de civiles.
¿Cuáles eran sus funciones?
Los edecanes tenían la misión de coordinar y asesorar actividades relacionadas con la seguridad y protección del Presidente, supervisar de manera permanente el desarrollo de las actividades contempladas en la agenda presidencial, acompañar a todos los eventos oficiales dentro y fuera del país al mandatario, entre otras acciones.
Estos oficiales, que en su uniforme portaban como distintivo tradicional un cordón de color dorado (denominado ‘aiguillete’), eran quienes conocían a profundidad la agenda del mandatario.
Junto al secretario privado del Jefe de Estado, eran los únicos que tenían acceso directo al despacho presidencial. De allí que si bien no firmaban ningún acuerdo de confidencialidad, el lema era guardar “lealtad” y “discreción” ante la información privilegiada.
En los actos oficiales se encargaban de llevar en una carpeta los originales y en el bolsillo de su chaqueta una copia del discurso que pronunciaba un Mandatario. El puesto de edecán solía ser una buena oportunidad para llegar a un cargo castrense de jerarquía. (I)
DATOS
Otros edecanes del presidente Rafael Correa fueron el Crnel. Luis Acosta (Ejército), Crnel. Frank Vargas (FAE) y CPNV. Jorge Mejía (Armada). Se desempeñaron en su cargo hasta marzo de 2014 (casi 3 años).
Antes de convertirse en presidente, Lucio Gutiérrez se desempeñó como edecán del entonces primer mandatario, Abdalá Bucaram, en 1996, hasta el momento en que fue destituido.
En el caso de que un presidente era destituido de su cargo, el edecán debía presentarse ante la Comandancia de la Fuerza a la que pertenecía. Allí le confirmaban si continuaba en su cargo o no.
Gutiérrez fue también edecán de Fabián Alarcón. Leonardo Barreiro, otro edecán de Bucaram, llegó a ser Jefe del Comando Conjunto de las FF.AA. en 2014. (I)
Tres libros del nuevo código ya fueron analizados
Uno de los objetivos del Código Orgánico de Entidades de Seguridad y Orden Público es que la seguridad del Presidente de la República y los altos funcionarios ya no dependa de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) ni de la Policía Nacional. Así lo manifestó el ministro coordinador de Seguridad, César Navas, al portal EcuadorInmediato el mes pasado.
“Lo que se busca es ya no distraer ni a las Fuerzas Armadas ni a la Policía Nacional de sus funciones principales en el asunto de la protección a personas o mandatarios”, dijo aquella vez. Explicó que se crearía una unidad civil con una carrera basada en la protección de los mandatarios.
Fernando Bustamante, expresidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea, la cual elaboró la reforma, explicó ayer que las FF.AA. y la Policía Nacional son unidades con la función de proteger a la ciudadanía y la soberanía del país, por lo que “la idea es liberar a personal militar y policial que está encargado de la protección de funcionarios y dedicarlos a las tareas específicas de sus instituciones”.
Bustamante cree que dicha unidad ha funcionado bien en otros países, pero se tendría que discutir si es conveniente o no crear dicho grupo, debido a la actual situación económica.
El Código Orgánico de Entidades de Seguridad está compuesto por 4 libros que buscan homologar los entes de control, además del fortalecimiento de la seguridad ciudadana. Los 3 primeros libros ya pasaron por un primer debate en el pleno de la Asamblea. Se espera el informe para segundo debate (I).