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Entrevista / Christy Ganzert Pato / presidente de Escuela Legislativa de Sao Paulo

El 31 de octubre vence plazo para repatriar capitales a Brasil

El 31 de octubre vence plazo para repatriar capitales a Brasil
Foto: Mario Egas / El Telégrafo
25 de octubre de 2016 - 00:00 - Redacción Economía

En una entrevista exclusiva con EL TELÉGRAFO, efectuada a su paso por Ecuador, Christy Ganzert Pato (foto), presidente de la Escuela Legislativa de la Cámara Municipal de São Paulo, explicó las iniciativas que Brasil está implementando para combatir la evasión fiscal y los perjuicios macroeconómicos que ocasionan la expatriación de capitales hacia paraísos fiscales.  

En el régimen económico internacional, ¿qué propuestas están efectivizándose para controlar los flujos de capitales?

En 2010, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aprobó un protocolo para facilitar la implementación de la ‘Convención sobre Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal’ (CAAMF). En aquel se incluyeron varios mecanismos para que los países puedan intercambiar información sobre los ciudadanos que tienen depósitos en los paraísos fiscales. Hasta el momento, el protocolo tiene 104 países adherentes.

Para América Latina, ¿qué implicaciones tiene ese protocolo?

A partir de enero de 2017, cualquier país signatario de la convención podrá solicitar información a otro país signatario sobre cuentas bancarias.

En la actualidad, el proceso es muy burocrático y demora mucho porque, por ejemplo, se tiene que establecer una sospecha en firme sobre una persona y luego enviar una carta solicitando la ruptura del sigilo bancario. Con la plena vigencia del protocolo a la CAAMF, el intercambio de información será activo y se realizará de gobierno a gobierno. Los países adquieren así un gran potencial para el control de flujos financieros transfronterizos.

A futuro, con solo invocar la cláusula pertinente de la Convención, un gobierno podrá obtener información sobre el valor depositado en una cuenta.  El país que haya firmado la convención tiene la obligación de proporcionar esa información. La colaboración no es facultativa.

Ante la posibilidad abierta por la OCDE, ¿qué hizo Brasil?

En 2015, el Congreso aprobó la ‘Ley de Repatriación de Recursos’ que se aplica a los capitales que están fuera del país. Si usted tiene recursos de origen lícito depositados fuera del país pero que no han sido declarados al fisco brasilero, usted podrá traer ese dinero hasta el 31 de octubre.

A tal efecto, debe cancelar una multa equivalente al 15% del valor y pagar un impuesto a la renta por el 15% del monto repatriado.

Una vez internalizado, desde 2017, el capital repatriado pagará los impuestos a la renta habituales que le corresponden cada año, a similitud de lo que debe hacer cualquier otra inversión financiera.

¿Por qué los tenedores de cuentas en paraísos fiscales estarían dispuestos a colaborar?

El comportamiento de los agentes económicos sigue el razonamiento típico estudiado por la teoría de juegos. Las élites saben que, con la entrada en vigencia de las normativas de la OCDE en 2017, el gobierno federal puede solicitar información detallada sobre las cuentas bancarias existentes en los paraísos fiscales.

Conocen también que, en Brasil, la persona natural o jurídica puede ser procesada por evasión fiscal y, simultáneamente, por salida de divisas. En cambio, esto último no sucederá si dicha persona natural o jurídica efectúa la repatriación a tiempo. La ley brasilera busca regularizar los activos mantenidos en el exterior.

Según el Ministerio de Hacienda, ¿cuál podría ser el monto total de los capitales repatriados?

Unos 50.000 millones de reales, es decir, 16.000 millones de dólares, según el tipo de cambio actual.

Asumiendo que los capitales regresan según lo esperado, ¿cuál será el efecto macroeconómico de la repatriación si no se avizoran medidas redistributivas?

En Brasil, aunque no existiese ni una sola medida redistributiva, la repatriación de capitales será beneficiosa en el sentido de que existirán $ 16.000 millones en el sistema financiero interno que, a corto plazo, podrían canalizarse para conceder créditos y, de esa manera, reactivar la producción y el consumo domésticos.

¿Acaso la corrupción de la clase política despertó el afán de la sociedad brasilera por regularizar al capital expatriado?

No se debe entender que, en los últimos años, la corrupción aumentó de repente a magnitudes sin precedentes. En Brasil, desde la época de las dictaduras militares en la década de los setenta, la corrupción ha sido muy fuerte. (I)

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