Especial
“Desde siempre y hasta siempre ¡Viva la Patria!”
Así culminó el que sería su último discurso el presidente Jaime Roldós, el 24 de mayo de 1981 en una ceremonia pública en el estadio Atahualpa de Quito. Unas horas más tarde el avión que lo llevaría a Macará se estrelló antes de llegar a su destino.
Roldós tenía la serenidad y la habilidad para comunicar su mensaje. Creaba un impacto comunicativo con un gran dominio de expresión gestual y corporal. (I)