El presidente Rafael Correa reiteró la voluntad del Estado ecuatoriano de firmar un acuerdo y “no un Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea (UE)”.

Sin embargo, Correa señaló que el país no está dispuesto a firmar "a cualquier costo", sino “respetando algunas líneas rojas”, entre ellas acceso, defensa comercial, servicios, contratación pública y propiedad intelectual.

Francisco Rivadeneira, ministro de Comercio Exterior, manifestó que la tercera ronda de negociaciones se realizará en mayo y que el Estado espera hasta junio y julio cerrar la negociación, una vez que el 31 de diciembre de este año concluyen las ventajas unilaterales del sistema general de preferencias arancelarias (SG-Plus).

“Vamos a negociar fuertemente defendiendo los intereses del país”, dijo el Mandatario, quien sostuvo que si se llegará a concretar un acuerdo, el Estado puede denunciarlo, "si se evidencia que no funcionó".

Rivadeneira complementó que al denunciar el tratado se daría por terminado, "sin que siga de largo aliento los compromisos adquiridos”.

El Mandatario ratificó que no se está “negociando un TLC, estamos preservando importantes instrumentos para proteger la producción y empleo”.

Medidas cautelares de la CIDH

Correa cuestionó la actuación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en cuanto a la solicitud de medidas cautelares a Jiménez, Villavicencio y Carlos Figueroa, quienes fueron sentenciados por injurias en contra del presidente Rafael Correa. Dijo que la CIDH no tiene atribuciones para emitir las medidas cautelares. “Ya basta de entrometerce en un país soberano, la CIDH no tiene capacidad para emitir medidas cautelares y si las tuviera criticaría el debido proceso y no las leyes del Ecuador”, sostuvo.

A criterio del Jefe de Estado, la CIDH “quieren legislar en Ecuador, no con respecto a lo que ha firmado el Ecuador, sino a sus novelerías”.

Dijo que a “esta burocracia se le ocurrió que libertad de expresión es presentar una denuncia penal falsa, y que entonces hay que dejarlo sin sancionar. A otros con esos cuentos”, dijo tajantemente, a la vez que reseñó que esto responde a una estrategia de lobby internacional.

Correa dijo que “tiene derecho está burocracia internacional a pensar lo que le dé la gana, a sostener las novelerías que quieran, pero no traten de imponerlas a un país soberano, se va a respetar la ley del Ecuador, no los caprichos y novelerías de una burocracia internacional”, afirmó.

El presidente enfatizó “que uno de los mayores peligros del país es la falta de amor por la verdad y que cuando se abusa del sistema judicial, con tanta mala fe, tiene que haber una ley que sancione”. Calificó a Jiménez como un “odiador, semignorante (...) cobarde que no puede responder sus mentiras”.