El presidente de la República, Rafael Correa, comentó este martes sobre el nombramiento del nuevo comandante del Ejército, Édison Narváez, que motivó la separación del general Luis Castro, quien denunció supuestas irregularidades durante el último proceso electoral.

El Mandatario confesó que la separación de Castro fue "una decisión extremadamente dura" ya que lo considera su amigo personal, al recordar que fue quien lideró su operativo de rescate durante el intento de golpe de Estado del 30 de septiembre de 2010.

"El general estuvo afuera, con el dolor de mi alma, desde que saca esa declaración de un supuesto Consejo de Generales que no hubo", aseveró el Primer Mandatario. Correa dijo que ahora el general Castro lo acusa de desconocer la ley, ya que el supuesto Consejo se pudo reunir vía telefónica o internet.

"No hubo tal Consejo, y si así fuese es ilegal, ilegítimo e inconstitucional", acotó Correa, quien con esta situación considera que "la derecha del país" debe estar feliz porque ven a las Fuerzas Armadas como 'árbitros de la democracia'".

El Presidente indicó que las FF.AA. no tienen esas atribuciones constitucionales.

"Esta vez nadie ha respaldado al comandante del Ejército Ecuatoriano. Ni el comandante de la Armada, ni el de la FAE (Fuerza Aérea Ecuatoriana), ni el jefe del Comando Conjunto. Estaba totalmente equivocado, ya que se estaban haciendo eco de la payasada de la derecha con el supuesto fraude".

Correa recordó el lugar que ocupan las FF.AA. durante los procesos eleccionarios. "En elecciones ellos tienen el rol de deberse al Consejo Nacional Electoral (CNE) y salvaguardar el orden y obedecer al CNE... Entonces que se ubiquen un poco".

El Primer Mandatario aseguró que "los árbitros de la democracia no son los militares, sino que son los ecuatorianos a través del Estado de Derecho y sus instituciones, el Tribunal Contencioso Electoral y hasta los partidos políticos como representantes de la sociedad".

"No podemos volver al pasado de que son los generales los árbitros de las elecciones, que son ellos los que deciden cuál es la decisión popular, quiénes ganan o pierden elecciones y qué es democracia", añadió.

Correa dijo que esperó algunos días antes de separar al general Luis Castro, pero que la decisión ya estaba tomada desde el momento que vio esa declaración del supuesto Consejo de Generales.

"No permitiré que ningún grupo armado se tome atribuciones que no les corresponden, eso sería volver al pasado al Latinoamérica de los años 60, 70, donde dominaban las dictaduras y eso es inadmisible".

Correa, incluso, confesó que conversó telefónicamente con Castro días después de las elecciones y en ese diálogo el militar le reiteró sus "sospechas" por lo que ocurría en el CNE, por lo que, según Correa, en ese mismo momento se llamó a Juan Pablo Pozo, titular del organismo electoral, para confrontar versiones y luego desmentir esas denuncias de supuesto fraude. (I)