Fue el desayuno más esperado para 33 empresarios. Rosas ecuatorianas acompañaron el camino y cada una de las 6 mesas del salón principal de la Casa de los Huéspedes, ubicada en Shanghái, la segunda ciudad más importante de China.

Los exportadores ecuatorianos llegaron el lunes pasado a China, junto a la delegación presidencial, y mantuvieron una serie de reuniones y mesas de negocios con compradores asiáticos. Ayer le informaron al presidente de la República, Rafael Correa, el avance de sus negociaciones. “Pero no se trata de un pliego de peticiones, sino para hacer un análisis de la visita, de lo logrado”, aclaró el presidente del Comité Empresarial, Henry Kronfle.

A pesar de ello cada gremio, el floricultor, bananero o camaronero, tenía propuestas y solicitudes para mejorar el ingreso de sus productos a China. Por ejemplo, el sector camaronero discute sobre el arancel del 5% que debe pagar en territorio chino, además de la carga tributaria del 17%.

Esto no ocurre con otros competidores asiáticos como Filipinas, explica José Juez, directivo de Empagram. “Los últimos 2 años han sido importantes para el camarón en Asia, pero esperamos quintuplicar la cuota de exportación”, afirmó.

Los empresarios concordaron en que la visita del Presidente a China le dio un peso especial a las propuestas hechas al mercado asiático, un espacio que cuenta nada menos que con un millón de nuevos multimillonarios y 300 millones de habitantes en las zonas urbanas que pertenecen a la clase media.

Una muestra del interés ecuatoriano en China son las conversaciones que emprendió el Ministerio de Comercio Exterior, que ya envió las bases y contenidos para analizar un posible acuerdo comercial con el país asiático.  

En 35 años de relaciones diplomáticas entre Ecuador y China no ha habido un acuerdo de este tipo y a pesar de ello la demanda por productos ecuatorianos ha aumentado anualmente. El ministro de Comercio Exterior, Francisco Rivadeneira, estima iniciar en marzo las conversaciones para lograr un acuerdo.

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Un tipo de compromiso que Correa especificó que debe llamarse “acuerdo arancelario de contingencia”. Eso significa que por la distancia, factores logísticos y de prioridad como socio estratégico, el atún o flores ecuatorianas tengan aranceles más bajos o ninguno para una cuota determinada del producto. Pasada esta cantidad, el país pagaría los aranceles fijados por la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El Mandatario aclaró que bajo ningún término se trata de un TLC como sí tienen Filipinas y otras naciones del Pacífico Sur asiático con China.

Este tipo de acuerdos preferenciales amplía las posibilidades de comercio luego de que Ecuador firmara un convenio de cooperación que lo convierte en socio estratégico de China. Eso implica que ambas naciones trabajarán juntas en temas comerciales y que el país andino será prioridad para China en el financiamiento de proyectos y compra de productos.

En el desayuno de trabajo, Correa aprovechó para tender un puente con los empresarios. Al iniciar saludó a cada uno de los exportadores y compartió la mesa con el representante de los gremios, Kronfle. “Se dice que no queremos al sector empresarial. La realidad es que nos necesitamos mutuamente. Somos socialistas del siglo XXI no estatistas y para el desafío de gobernar el mercado se necesita de gerentes, empresas y el Estado”, destacó el gobernante en su intervención.

El encuentro se dio un día después de que, desde Guayaquil, líderes empresariales criticaran las medidas adoptadas por el Gobierno para enfrentar el bajo precio del petróleo.

En ese tema, Correa indicó que la llamada crisis petrolera, por el descenso de los precios del crudo, es un problema externo y no fiscal. El Presidente aseguró que el viaje a China ha sido más que exitoso y lo principal es que la nación asiática ve en Ecuador un aliado estratégico.

Ayer fue la última jornada de la gira de Correa por China. En la noche emprendió el regreso al país y retomará sus actividades el lunes. El enlace ciudadano estará a cargo del vicepresidente de la República, Jorge Glas.