Roberto Gómez, asambleísta por el movimiento CREO
“Hay que eliminar el Consejo”
La posición de muchos legisladores es clara, destituir a los integrantes del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social: José Tuárez, Walter Gómez, Rosa Chalá y Victoria Desintonio.
Pero también pide eliminar ese organismo.
Uno de ellos es el asambleísta por CREO, Roberto Gómez, quien cree que el país debería volver a los tres poderes del Estado.
¿Qué opina sobre la posible eliminación del Consejo?
Esa ha sido siempre nuestra posición. Con un criterio institucional, la entidad fue parte de un entramado que respondía a la visión o la conveniencia del socialismo del siglo XXI. Es decir, el Consejo no debe existir.
¿Esa es la meta tras el juicio político a los cuatro miembros del Consejo de Participación?
El juicio político no elimina el Consejo, sino que cambia personas en la misma institución. Pero también se busca que la entidad sea eliminada. Hasta que se concrete, la Asamblea debe hacer un cambio legal para, mientras siga en funciones, quitar ciertas atribuciones y que estas sean asumidas por el Legislativo.
¿Qué tipo de atribuciones?
Más allá de cuáles son las atribuciones, lo importante es que en una democracia que tiene una institución fuerte, el órgano que representa a la ciudadanía por elección popular, a través de las organizaciones políticas, es la Asamblea. Entonces, sigue siendo un paso intermedio quitar las atribuciones.
Para el planteamiento de eliminar el Consejo se necesita un cambio o una enmienda constitucional.
¿Cómo cambiaría el país sin un Consejo de Participación?
Hay que volver a los tres poderes del Estado, es decir, Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Por ejemplo, eliminar al Consejo Electoral como una función y reducirlo al órgano que se encarga de las elecciones, fortalecerlo institucionalmente para que haga las cosas bien y que esté controlado.
¿Habría alguna desventaja el no tener un Consejo de Participación?
Hay que enfocarse en lo bueno de volver a tener tres poderes del Estado. Que la ciudadanía no se amargue por novelerías que terminan con malos resultados... Hay que eliminarlo. (I)