El CNE registra 20.833 extranjeros residentes para las votaciones
Han pasado poco más de 23 años desde que Francisco Castro dejó su amado Medellín para residir en Quito permanentemente.
Con una mochila al hombro y su bicicleta, recorre la ciudad desde la Floresta para llegar a su lugar de trabajo: la Universidad. Es sociólogo, catedrático y uno de los 20.833 extranjeros que hoy podrán acudir a las urnas para elegir a los diferentes dignatarios.
Aunque el voto no es obligatorio para los extranjeros, él está comprometido con sus hermanos ecuatorianos para elegir al candidato que “pueda transformar a Quito en una mejor ciudad”.
Agustín Garcells, cubano residente permanente, está en la misma situación.
Desde hace 12 años vive en el país y desde 11 ejerce su derecho al voto. Para él, Quito afronta problemas que ya tenía, pero que en los últimos años se han agudizado.
Citó como ejemplo la recolección de basura. “Yo no exonero a ninguno de los alcaldes, creo que todos han tenido este problema (la basura)”, aunque resaltó que hoy existe una alarma emergente. Pero hay otro asunto que hereda el nuevo alcalde: la movilidad. “No sé si el metro vaya a solucionar ese problema”, aclaró.
Esta misión no podrá afrontarla cualquiera. La colombiana Diana Mejía resaltó que quien gane las elecciones debe ser un candidato con experiencia en administración pública y formación profesional. “No por un tema de discriminación, sino porque para administrar una ciudad tan grande como Quito se necesita conocimiento y experiencia”, destacó
Aunque Víctor Galviz, venezolano, enfatizó que la profesionalización no es un tema trascendental para él, sí lo es la experiencia. Si no tiene los suficientes conocimientos en administración de ciudad -comentó- quizás no pueda o no conozca cómo manejar los diferentes recursos para lograr una labor eficiente.
Pero ni experiencia, ni edad, ni título profesional son importantes para Garcells. Ejemplificó que funcionarios sin experiencia han llegado a cargos y desarrollado un trabajo impecable. “Pero hay otros que con mucha experiencia regresan al cargo y cometen los mismos errores de antes”, criticó.
Para el cubano, su candidato debe ser una persona con vocación de servicio y deseo de trabajar. Con eso sería suficiente.
Frente a ello, la campaña trajo varios ideales de ciudad pero pocas ofertas reales, señaló Mariah Miller, estadounidense. Explicó que la campaña estuvo llena de demagogia, sin objetivos reales.
“Proponen de todo, incluso ciudades inteligentes, pero deben revisar el presupuesto, conocer a sus compañeros, realizar acuerdos. No pueden salir y prometer solo lo que la gente quiere escuchar”, reiteró.
Con ello está de acuerdo Mejía, quien añadió que las ofertas escuchadas, a su parecer, resultan inalcanzables.
“Empezaron a proponer mil cosas maravillosas, aunque saben que los recursos son limitados y que la infraestructura institucional dentro del Municipio no es tan eficiente”.
Pero esto no solo es responsabilidad del candidato, sino también del ciudadano.
Mejía puntualizó que muchas propuestas nacen a partir de lo que a la gente le gusta escuchar, pero que sabe que no es posible.
Pidió a los ciudadanos ser más realistas, asumir que los procesos requieren de tiempo y elegir al candidato que haga ofertas pragmáticas.
Galviz también se unió a esta crítica. Para él los candidatos juegan con la emoción de las personas y cuando ascienden al poder no logran plasmar esas ofertas en políticas públicas.
¿Por qué votan?
El instructivo para la inscripción en el Registro Electoral de las personas extranjeras residentes en Ecuador tiene 10 artículos que reglamentan bajo qué condiciones este grupo podrá votar (ver infografía). Con la Constitución ecuatoriana de 2008, Mejía accedió al sufragio.
La decisión, según explicó, gira en torno a sentirse parte no solo del país sino de la ciudad donde labora. Este “ser parte” implica también aportar en la solución de los problemas de la ciudad.
“Entonces cuando voto, creo que lo estoy haciendo por un candidato que considero es la mejor opción, según mi criterio”.
Castro resaltó que la facultad otorgada es un avance hacia los derechos del migrante que llega al país.
Explicó que después de vivir junto a ecuatorianos, compartir el mismo espacio y padecer los mismos problemas de ciudad, su voto pesa lo mismo que el de cualquier ciudadano del país. “Vale incluso para reclamar si no te cumplen”, manifestó.
Miller no cree que sea un derecho, sino una obligación aportar en las soluciones de la ciudad, “si de verdad queremos que cambien las cosas”.
Así como ellos, Garcells también se siente en la obligación de aportar a las soluciones. “El voto es facultativo, pero yo vivo aquí desde hace 17 años. Me siento en la obligación, aunque nadie me obliga”, explicó.
¿Qué pasó con la campaña?
La campaña política para estas elecciones seccionales fue catalogada como “dispersa” para Garcells.
Explicó que las personas se encuentran perdidas en torno a los candidatos y sus ofertas de campaña. Ejemplificó que entre las dificultades está el número de candidatos, lo que impediría que el próximo alcalde cuente con apoyo mayoritario. “A esta campaña le sobraron candidatos. Aunque así es la democracia; tantos números hacen más difícil la elección para los votantes”, manifestó.
Mejía explicó que la actual campaña estuvo carente de socialización de propuestas y coincidió con Garcells al explicar que el número de candidatos impide incluso conocer sus nombres.
Dijo que “18 candidatos es inmanejable, yo ni siquiera me sé el nombre de todos y eso que soy una persona interesada en la política”.
A eso sumó que los espacios otorgados en medios de comunicación fueron mínimos para tomar decisiones.
Señaló como ejemplo la falta de debate para familiarizarse con los ofrecimientos y conocer las opiniones e ideas que han planteado para su cumplimiento. Las ofertas son otro tema en conflicto. Galviz aclaró que algunas sí pueden cumplirse pero que deben ser asumidas con responsabilidad. El venezolano reiteró que el problema de la recolección de basura es complejo y requiere de acciones urgentes.
A ello se adhirió Garcells y dijo que “pensando bien las cosas, haciendo una buena contratación, se puede resolver el problema”.
Pero agregó que la inseguridad también deberá estar en la agenda de los nuevos alcaldes, aunque no ha visto sus propuestas sobre cómo resolverán el tema.
Frente a las diversas dificultades que aquejan a las ciudades, todos los extranjeros consultados por este diario indicaron que también asumirán responsabilidades.
Para Mejía, entre todos se puede formar una mejor ciudad y en ello radica su propuesta: generar espacios de participación para que los ciudadanos puedan decidir. (I)