Los ataques a la prensa siguen en indagación
Al asistente de cámaras de Ecuador TV., David Bárcenas, tuvieron que hacerle una cirugía para colocarle una placa en el pómulo izquierdo fracturado, de manera que el ojo no se le caiga.
Esto ocurrió luego de recibir una pedrada el 12 de octubre de 2019, mientras cubría con sus compañeros periodistas las violentas protestas indígenas en el sector del parque El Arbolito, en Quito.
Esa mañana el equipo de la estación pública acudió a la zona de la Asamblea donde los manifestantes pugnaban por tomarse la sede parlamentaria, el mismo día en que incendiaron el edificio de la Contraloría.
Bárcenas contó que al principio de la cobertura un grupo de indígenas lo protegía, pero luego uno de ellos se acercó y le dijo que mejor salieran de allí porque la gente “estaba necia”.
Enseguida un grupo de personas rodeó al equipo periodístico mientras los empujaban e increpaban: “prensa corrupta, fuera”. El tumulto era grande, por eso Bárcenas perdió a sus amigos y trató de correr. En ese instante un hombre con la cara cubierta se le acercó para quitarle el celular. Como no se dejó, le lanzó una pedrada a quemarropa.
Debido a la agresión cayó al suelo y en ese momento varios indígenas lo socorrieron y lo sacaron corriendo del lugar hasta la Casa de la Cultura. Ahí notó que su cara estaba cubierta de sangre; los paramédicos le cosieron el párpado.
Al siguiente día fue al hospital donde le indicaron que tenía una fractura grave. “Los lentes me salvaron de perder el ojo por el golpe”, comentó. Estuvo 60 días en recuperación por lo que no pudo hacer la denuncia, “además contra quién la ponía, si la persona que me atacó estaba totalmente cubierta”.
De la misma manera fue agredido el periodista de Teleamazonas Freddy Paredes, quien salió del Ágora de la Casa de la Cultura el 10 de octubre de 2019, luego de que junto a comunicadores de diferentes medios, así como un grupo de 10 policías, fue retenido durante varias horas por los indígenas.
Al cruzar la calle un hombre se acercó corriendo y le arrojó una piedra con fuerza a menos de un metro de distancia. El proyectil le impactó en la parte posterior de la cabeza. El periodista cayó desmayado al pavimento. Despertó en la ambulancia y luego en el hospital le dijeron que además tenía rotura de ligamentos en la clavícula.
Paredes señaló que se denunció el hecho como flagrante pero este prescribió. Por ello acudió nuevamente a la Fiscalía para poner la denuncia por intento de asesinato contra la persona que lo agredió y que se encuentra plenamente identificada. Pero el proceso no ha avanzado. Lo llamaron a rendir su declaración y lo convocaron a una pericia para reconocer el video que muestra la agresión, pero nada más.
Al reportero de Televicentro Xavier Rosero, y el camarógrafo Carlos Romero, también los atacaron en el mismo sector, cuando registraban las manifestaciones.
Rosero comentó que un grupo de personas empezó a gritarles “fuera, prensa corrupta”. Luego los atacaron con palos y les arrancharon las máscaras antigás que tenían, además de los celulares y relojes. No tuvieron más remedio que salir corriendo mientras les tiraban piedras. “La televisora creo que puso la denuncia, pero no sabemos si la Fiscalía la está tramitando”, manifestó.
Paredes opinó que es importante que estos hechos no queden en la impunidad, para que no se repitan. Enfatizó que los ataques a los periodistas son el resultado de un discurso de desprestigio gratuito azuzado durante 10 años por el Gobierno anterior, que estigmatizó a la prensa como corrupta.
Aclaró que se mal entiende la labor del comunicador, que no implica estar en uno u otro bando sino en mostrar los hechos. En la Fiscalía indicaron que existen 816 causas investigadas por el paro a nivel nacional. Hay algunas que están avanzadas, como lo ocurrido en la Casa de la Cultura, pero la mayoría todavía sigue en indagación previa y son reservadas. (I)