Entrevista / manuel canelas / candidato a diputado por el partido mas en bolivia
A Evo lo sostiene una construcción colectiva
El candidato a diputado plurinominal por el Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia y activista GLBTI estuvo en Ecuador para participar en el Encuentro Latinoamericano Progresista 2014. En un diálogo con EL TELÉGRAFO explica el proceso que lleva adelante el presidente Evo Morales y por qué alcanzaría la reelección.
¿Por qué llamarse la generación Evo? ¿Eso no es personalizar la lucha cuando se trata de volverla más colectiva?
Es una marca de movilización de sectores jóvenes de 20 a 25 años, tiene el sentido de identificación con un gobierno -quizá es el único que conocen- que valoran positivamente, entienden que Evo representa el periodo de mayor estabilidad política y económica del país, en donde la juventud tiene la posibilidad de planear su futuro, algo que en los 90 era impensable, que estaba reducido a una élite.
¿Ese es el márquetin político más efectivo frente a la promoción de una organización tradicional?
Sí, es la manera de nombrar a un periodo de estabilidad que te ofrece un recurso discursivo de fácil identificación. Todo el mundo sabe quién es Evo y la generación Evo es aquella que vive en una Bolivia distinta, estable económicamente y que te permite proyectar una vida en mejores condiciones.
¿Cómo evalúas la situación de América Latina cuando vemos que a Dilma Rousseff le cuesta ganar las elecciones, que Cristina Fernández enfrenta dificultades por toda la arremetida de los fondos buitres y que Ecuador también se enfrenta a un panorama conflictivo?
Es un momento importante porque hay una serie de preguntas nuevas que estos procesos deben ser capaces de responder. Uno que comentábamos para Bolivia, considerando los matices de otras realidades, es que existen nuevas demandas que surgen de las nuevas clases medias. Toda la movilización en Brasil tenía que ver con las políticas de redistribución económica del Partido de los Trabajadores, que habían mejorado la condición de vida de la gente, pero que también modificaron las demandas de nuevos sectores medios populares, quienes ya no aceptaban un mal servicio de transporte público o tener la posibilidad de educarse, pero no contar con oportunidades en el mercado laboral. Ese es un reto transversal a casi todos los procesos.
¿Y eso le puede ocurrir a Bolivia ahora?
Insisto, ese es el reto. Los estudios sostienen un término: el bono demográfico, que surge por una serie de condiciones económicas y sociales. Es decir, hay un momento en que el país disfruta de una inyección de fuerza de trabajo en mejores condiciones y nosotros estamos viviendo ese periodo de bono demográfico, pero si el Estado no es capaz de darle respuesta y canalizar institucionalmente para aprovechar toda esa potencialidad a favor de la construcción del país, luego tienes un problema porque el reflujo del fracaso por no aprovechar el momento de bono demográfico es muy perjudicial y sucede una vez cada 50 años.
¿Por qué Bolivia es considerado el proceso más sostenido de América Latina? ¿Pesa su carácter orgánico basado en un proceso de lucha antes que en una organización y un líder?
Las características del liderazgo del presidente (Evo Morales) -más allá de que sea una persona el dispositivo que lo activa- tiene por delante una construcción colectiva de empoderamiento popular, es la condición que otorga tanta vitalidad al proceso. Lo que se ha logrado en estos años, aparte de mejores condiciones de vida para la gente, es romper muchos techos de cristal a la hora del ascenso social. Había muchos lugares (universidades, restaurantes, comercios, empresas) cerrados a lo que consideraban indígena, popular, que representa a la mayoría del país, pero ahora se vive un proceso de empoderamiento simbólico y material fuerte. Esa gente es la que va a apostar por el liderazgo que posibilitó aquello, aparte de que el boliviano es el ciudadano con mayor índice de asociatividad, es decir, tú eres a la vez universitario y militante de una junta vecinal. Si ese entramado social apuesta en una misma dirección, creo que el proceso cuenta con mucho vigor.
¿Qué rol juega la derecha en la disputa de este momento?
La derecha tiene que rendirle cuentas a la ciudadanía boliviana por no haber cambiado los liderazgos caducos y poco representativos que hoy postulan en las elecciones que se realizarán en dos semanas. Ese es un problema incluso para el Gobierno del MAS, no tener adversario, porque hay incentivos y críticas que solo vienen desde la oposición.