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15.11.22, un réquiem por la sangre obrera derramada

15.11.22, un réquiem por la sangre obrera derramada
Archivo / El Ciudadano
15 de noviembre de 2017 - 00:00 - Redacción Política

El 15 de noviembre de 1922 se escribió una de las páginas más oscuras y trágicas del país. En el gobierno de José Luis Tamayo, una aguda crisis golpeaba la economía nacional y no tardó en surgir el descontento popular.

Guayaquil se convirtió en el escenario de sucesivas protestas de trabajadores, que reclamaban por sus derechos laborales. Fue una época en que se consolidó un sistema agrocomercial que dependía de la exportación del cacao, cuyo precio en el mercado internacional se derrumbaba.

A esto se sumó que el Estado ecuatoriano debía manejar una deuda con el entonces Banco Comercial y Agrícola. Con ese panorama, el malestar subió de tono.

El descontento de los trabajadores porteños fue en aumento. Desde los primeros días de octubre de 1922, las calles fueron tomadas por decenas de obreros y, a diario, se fueron sumando, artesanos, mujeres que exigían del Estado la jornada de ocho horas y estabilidad laboral. Parte importante de estos reclamos fueron también los empleados ferroviarios de la entonces parroquia Durán.

El historiador Ángel Emilio Hidalgo, en uno de sus resúmenes, señala que  sectores de importadores, banqueros y cierta prensa impulsaban la tesis de que el origen del problema era la baja del cambio, por la vertiginosa devaluación que había experimentado el sucre (en ese entonces la moneda oficial de Ecuador) frente al dólar estadounidense. El argumento sería, entonces, volver a la ley que rigió entre junio y septiembre de 1922, ‘para sostener el sucre’, idea que incluso algunos obreros repetían sin mayor conocimiento de causa.

Lejos de una solución, la crisis se agravó y las protestas aumentaron en la urbe guayaquileña. Ante este estado el entonces presidente José Luis Tamayo, a través de un telegrama al mando militar en Guayaquil, dispuso: “General Barriga.- Espero que mañana a las seis de la tarde me informará que ha vuelto la tranquilidad a Guayaquil, cueste lo que cueste, para lo cual queda usted autorizado.- Presidente Tamayo”.

Ante esa orden, la situación se desbordó. Grupos de trabajadores acentuaron sus protestas pero el personal militar repelió la manifestación con disparos al cuerpo. La prensa acalló sus voces, unos ante la amenaza de clausura por parte del Gobierno. La jornada se convirtió en tragedia.

Solo años después el escritor guayaquileño Joaquín Gallegos Lara, con base en testimonios, plasmó en su libro Las cruces sobre el agua, aquel lamentable suceso, en que decenas de cuerpos acribillados fueron lanzados al río Guayas.

Ayer, el pleno de la Asamblea Nacional,  en el orden del día, incluyó en su cuarto punto, el conocimiento y aprobación del proyecto de Resolución para declarar el 15 de noviembre de cada año, como el Día Nacional de las Luchas Populares, como un homenaje a los obreros caídos en 1922.

Actos conmemorativos

Para hoy, el presidente de la República, Lenín Moreno, tiene previsto trasladarse a Guayaquil para ser parte de los actos solemnes alusivos a la fecha. Según la Secretaría Nacional de Comunicación, el Jefe de Estado mantendrá un encuentro con trabajadores para rendir el homenaje.

En efecto la dirigencia de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) organizará una  marcha que recorrerá el centro de la ciudad.

En forma paralela, la dirigencia del Partido Socialista Ecuatoriano (PSE) de Guayas, también efectuará una marcha conmemorativa, desde su sede partidista hasta el local de la Sociedad Hijos del Trabajo, luego se encaminará al malecón Simón Bolívar, donde se lanzará  una ofrenda floral al río Guayas. Por la tarde, se desarrollará un foro denominado Las Cruces sobre el Agua. (I)

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