El proyecto para crear una agencia de noticias con sede en Panamá sigue en marcha. Sus creadores lo han dicho en diversos medios y en comentarios de todo tipo. Incluso, gracias a la investigación desarrollada por este diario, se ha podido conocer que no sería solo un proyecto mediático particular sino parte de una ‘estrategia global’ en la que participarían más actores políticos y algunas ONG, asentadas en Ecuador y que trabajan con fondos de fundaciones extranjeras.  Lo que no han dicho y ahora podemos exponer es el sentido de ese proyecto y la ‘red’ tejida para su concreción. Tampoco han mencionado con cuáles entidades también contarían para su financiamiento y realización operativa. ¿El largo camino hacia la transparencia o al activismo mediático? Este diario publicó el lunes 6 de enero un reportaje titulado ‘La agencia Tamia News se construiría como soporte para una red internacional de medios de oposición’. El informe reveló la constitución de la fundación Mil Hojas y la agencia Tamia News, con sede en Panamá, así como la participación de sus promotores: Martha Roldós Bucaram, exasambleísta constituyente por el Partido Red Ética y Democracia, y excandidata a la Presidencia de la República en los comicios de 2009; y el periodista Juan Carlos Calderón (exdirector de la revista Vanguardia y actual titular del medio digital Plan V). Martha Roldós presentó el proyecto a la NED por el ‘escenario de persecución política’. También contribuirían directamente en el proyecto: María Laura Patiño, catedrática de la Universidad Andina Simón Bolívar, quien colaboró en la International Development Law Organizatión (IDLO) y fue miembro de GAIA; Christian Zurita, periodista del diario El Universo; Gonzalo Guillén, periodista colombiano; y Giannina Segnini, quienes serían los encargados de investigar los temas de fondo y que, según el proyecto, aparecen en calidad de consultores. El reportaje se realizó sobre la base de documentos enviados a la Unidad de Investigación de EL TELÉGRAFO por personas que tenían conocimiento del tema y querían aportar al esclarecimiento de las intenciones de esta iniciativa. Y a esas mismas personas les han llegado más documentos, parte de los cuales ahora exponemos y otros que quedan en nuestros archivos hasta confirmar su veracidad. Con esos elementos se conoció que los promotores del proyecto propusieron a varios organismos extranjeros, no solamente a la National Endowment for Democracy (NED), el aval y financiamiento para la conformación de un equipo de periodistas e ingenieros informáticos especializados en investigaciones mediante el análisis y la visualización de bases de datos públicos. Otros documentos que sustentan la investigación -que no fueron dados a conocer a nuestros lectores por falta de espacio- muestran en el acápite ‘Antecedentes organizativos’ que Martha Roldós Bucaram es quien presentó por escrito el proyecto a la NED, y expuso: “(...) debido al escenario de persecución política que se vive en Ecuador, era imposible plantear este proyecto con una organización radicada en el país. Para garantizar el éxito de las actividades y objetivos de quienes presentamos este proyecto hemos adquirido la fundación Mil Hojas, en la República de Panamá, inscrita en el registro público ficha 54136, documento 2333498”. Martha Roldós, para que se encargue de los trámites de la fundación, acudió al abogado guayaquileño Pedro Valverde Rivera, enlace con el bufete jurídico Gala, en Panamá; asesor jurídico de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Americana y de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Chilena, en Guayaquil, quien, desde enero de 2003 hasta diciembre, fue director ejecutivo de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (Aedep) y actualmente ejerce el cargo de asesor jurídico de este organismo. Y es, además, columnista de diario El Universo. Mil Hojas planteó tener  otra agencia de noticias  denominada Seis Grados (Six Degrees) en Panamá. En otro párrafo, Roldós se refiere a un amplio colectivo de personas con experiencia en investigación, anticorrupción, rendición de cuentas, libertad de prensa y expresión, quienes, según el documento, ya trabajan en la recopilación de información. La fundación Mil Hojas estará representada por Roldós y Tamia News por la exasambleísta y por Calderón. También advierte que, por razones de seguridad, solo puede presentar las calificaciones de ambos. “Esperamos su comprensión”, dijo. Sobre el resto del equipo menciona que son cuatro periodistas de amplia experiencia y trayectoria en distintos medios de comunicación, ahora amenazados por una -según el documento- ‘ley mordaza’. Y agrega: “También tenemos dos consultores/investigadores en temas financieros, una connotada analista financiera con experiencia en instituciones internacionales y un experto en temas de energía, ambos colaborarán, además, con el centro de documentación”. Seguidamente sustenta con dirección electrónica y teléfonos las referencias de Gonzalo Guillén, presidente del capítulo colombiano del Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), y Giannina Segnini, jefa de investigación del periódico La Nación, de Costa Rica. En la hoja del presupuesto revisado de la fundación Mil Hojas (julio de 2012) detallan el costo de los dos consultores: 1.500 dólares mensuales por persona, durante 12 meses. Por eso, la carta enviada a esta redacción por la periodista Segnini no se sustenta porque hemos reproducido la propuesta de Roldós, según dice: “Con gran sorpresa leí hoy varias notas publicadas por el diario que usted dirige en las que se incluye mi nombre como parte de un grupo que pretende financiamiento en Estados Unidos para desarrollar un proyecto periodístico. No estoy asociada de ninguna manera con las personas citadas en su artículo y es totalmente falso que forme parte de esa iniciativa, que tampoco conozco. Desconozco si alguien utilizó indebidamente, y sin autorización, mi nombre y mi prestigio para presentar esa propuesta”. ¿Quién responde por esto? Los activistas que se agruparon en Mil Hojas afirmaron que no serán voceros de la oposición política. El periodista colombiano Gonzalo Guillén, exeditor de El Universo, de Guayaquil, ha dicho de todo contra el reportaje de EL TELÉGRAFO, pero no ha demostrado si cada uno de los párrafos del reportaje es falso. ¿Él ha actuado en calidad de actor político y no como el periodista que dice que es para afrontar los datos expuestos? Sin embargo, según los documentos en nuestro poder, y de acuerdo a varias fuentes consultadas, fue él quien estableció el contacto con prominentes funcionarios, cuyo lugar de trabajo y residencia están en Washington DC, para la conformación de este proyecto, según Juan Carlos Calderón, de alcance más global. Con ellos se entrevistó, de acuerdo a esos documentos, y les pidió ayuda para cristalizar su proyecto a: Adam Isacson, director del Programa de Política de Seguridad Regional de la Oficina de Washington para América Latina-WOLA, experto en temas de defensa y seguridad. También al senador demócrata Robert Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., quien solicitó la exclusión de Ecuador del Atpdea, por el caso Snowden. Además, Milton Coleman, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en 2011 y actual director general de The Washington Post; Marco Rubio, senador republicano por el estado de Florida, bajo el amparo del Tea Party. Finalmente, el chileno José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch para América Latina. En el resumen del proyecto, Martha Roldós, alentada por los auspicios, señala otro de los objetivos de Mil Hojas: “construir un instrumento para defender la libertad de prensa”, otra agencia de noticias a la que han denominado Seis Grados (Six Degrees), para que genere contenidos y asuma la responsabilidad de estos, por recomendación de Carolina Sáchica, quien es amiga y colaboradora de Gonzalo Guillén, quien también delineó los objetivos y alcances de esta nueva agencia que funcionaría con la fundación Mil Hojas. Más adelante asegura: “El periodismo de investigación está desapareciendo, los watchdogs (perros guardianes, investigadores en el argot de la prensa estadounidense) y whistleblowers (denunciantes) están siendo perseguidos, muchos de ellos han sido enjuiciados e incluso condenados”. ¿Un equipo de alto nivel ético, sin transparencia? Es curioso que, de acuerdo a los documentos entregados a EL TELÉGRAFO, se propongan “establecer alianzas estratégicas con entidades y organismos internacionales para rendición de cuentas, transparencia de información pública y (¿acciones?) anticorrupción para difusión de las actividades del centro de documentación y su potencial réplica en otros países de la región”. Para ello proponen “realizar un trabajo ético y responsable (…) apostándole a una altísima calidad profesional con técnicas que combinen la reportería y la investigación tradicionales, con aquellas del periodismo digital y las bases de datos”, y solicitan, además, la contratación de un programador, con un sueldo de 1.000 dólares mensuales -a medio tiempo-. También la instalación de un software para ocultar los IP (Internet Protocol, que es una etiqueta numérica que identifica, de manera lógica y jerárquica, a una interfaz -elemento de comunicación/conexión- de una computadora dentro de una red que utilice el protocolo IP). Dentro de los objetivos del proyecto presentado aclaran que “uno de los medios de verificación del trabajo del futuro centro será el número de interferencias y hackeos realizados”.  ‘Los terroristas cuentan su historia’ y ‘Los asambleístas y el poder’ son dos series que están en marcha. Posteriormente se refieren a sí mismos como profesionales con más de veinte años de ejercicio, relacionados con colegas de varios continentes, quienes están dispuestos a dar referencias sobre el proyecto, sin revelar sus nombres, porque el riesgo que corren es real, razón por la que han decidido que sea Martha Roldós la única persona que los represente públicamente, como presidenta de la fundación Mil Hojas. De ahí concluyen que, por las actitudes autoritarias del Gobierno, varios activistas y periodistas han decidido agruparse en la mencionada fundación y dejaron sentado que no serán voceros de la oposición política del país. Para ello han planteado la publicación de una serie titulada ‘Los terroristas cuentan su historia’ sobre todos los presuntos acusados de terroristas en Ecuador, a través de tomas de video, de no más de cinco minutos, con pequeñas entrevistas. En principio proponen empezar con Pepe (José) Acacho y Mery Zamora. Otra de las iniciativas planteadas se llamará ‘Los asambleístas y el poder’, serie que analizará a los miembros de la Asamblea Nacional e investigará su patrimonio político y económico, las redes clientelares en el sector público y su relación con el Ejecutivo, además de los viajes emprendidos por los legisladores. Pero estas no son las únicas acciones emprendidas por Martha Roldós. Jocelyn Nieva, senior legal adviser Latin America and the Caribbean, de ICNL (The International Center for Not for Profite Law, con sede en Washington DC), le propuso el apoyo financiero de corto plazo para el proyecto dentro del programa ‘Lifeline’ o un apoyo técnico y financiero a más largo plazo, tomando en cuenta que la ICNL, de orientación liberal, trabaja por el fortalecimiento de la sociedad civil, el avance de las libertades y la promoción de la participación alrededor del mundo, según la descripción del organismo. Y ante el interés por aplicar a la capacitación ofrecida por la ONG irlandesa Front Line Defenders, Jocelyn Nieva la puso en contacto con Caitriona Rice, delegada de este organismo para América Latina, a fin de que canalice la ayuda requerida en torno a las amenazas y peligros a los que aludía con insistencia Martha Roldós.