En la historia reciente del país, las decisiones presidenciales han provocado una serie de manifestaciones organizadas por sindicatos, trabajadores de la salud, estudiantes y población en general. Desde el gobierno de Jaime Roldós (1979-1981) hasta el de Rodrigo Borja (1988-1992), el país sufrió paralizaciones por alza de combustibles, política económica y autoritarismo. Pero el 4 de junio de 1990 se realizó el primer levantamiento indígena. Hace 29 años, pobladores de siete provincias iniciaron una protesta que duró cuatro días. Cerraron vías de ingreso y salida de las ciudades, lo cual provocó la paralización del tránsito. Entre los pedidos estaban la solución de conflictos de tierra y la plurinacionalidad. Durante el gobierno de Sixto Durán Ballén, en 1994, la promoción de la Ley de Desarrollo Agrario dio paso a una nueva protesta indígena que duró alrededor de 10 días. Pedían una mejor redistribución de tierras y el acceso a tecnologías locales. En el 2000, Antonio Vargas, líder de la Conaie, movilizó desde Cotopaxi hasta Quito (Pichincha), a alrededor de 8 mil indígenas en contra de la dolarización decretada por el entonces presidente Jamil Mahuad. Los manifestantes se tomaron el Congreso Nacional y el Palacio de Carondelet con apoyo de un sector del Ejército. En 2001, alrededor de 10 mil manifestantes llegaron a la capital de la mano de la Conaie, Frente Unitario de Trabajadores y Fenocin. Las movilizaciones duraron alrededor de dos semanas y el saldo fue de seis muertos y 30 heridos. En 2006, tras el anuncio del presidente Alfredo Palacio de continuar las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC), indígenas y campesinos bloquearon las principales vías de las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar y Cayambe. En 2009, durante el mandato de Rafael Correa, la Conaie y las Juntas de Regantes y Agua Potable realizaron una marcha por la Defensa del Agua, la Vida y el Estado Plurinacional. (I)