Un dirigente del movimiento estudiantil universitario de Quito contó a EL TELÉGRAFO que los campamentos de su formación política eran de tipo guerrilla urbana. “No solo se conoce la formación política, sino, te preparas para estrategias de calle”, explicó el dirigente. El universitario aseguró que un campamento tenía previsto efectuarse en noviembre próximo y alistan otros seis encuentros en distintas provincias del país. La declaración ocurrió antes de las protestas indígenas y que el Ministerio de Defensa activara una directriz para combatir la insurgencia. El titular de esa Cartera de Estado, Oswaldo Jarrín, advirtió que en el país existirían grupos insurgentes y aseguró que las Fuerzas Armadas están listas para combatirlos. El analista político, Gabriel Hidalgo, calificó a estas células como anarquistas y terroristas. Él comentó que estos grupos aplican una estrategia llamada “Blak block”. Este es un manual con los procedimientos para actuar, por ejemplo en las manifestaciones: vistiendo de negro, cubriendo sus rostros y aplicando técnicas de guerrilla. Estos grupos, dijo Hidalgo, se infiltran en las protestas para actuar con medidas de “carácter terrorista para provocar el caos y el terror”. Buscan la desestabilización para colocar un nuevo régimen o eliminarlo - explica-. No son de izquierda o de derecha; depende del contexto en el que surjan. Óscar Montero, analista político y decano de posgrado de Relaciones Internacionales del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), considera que los sectores sociales nunca habían llegado a un nivel de violencia como el que se pudo observar durante las más recientes movilizaciones. Señaló que si el ministro Jarrín se refirió a la presencia de grupos insurgentes es porque tiene constancia de ello. Los reportes de Inteligencia aseguran que actuaron 19 grupos en las protestas entre estudiantes, sociales, indígenas, entre otros. Para Montero es difícil hacer una conjetura si sectores de izquierda manejan estos grupos, que a su parecer van más allá de las ideologías. “Si detrás está una ideología política, lo que están haciendo es buscar una herramienta de lucha que se aleja de la política y es más cerca a lo criminal”. (I)