¿Se requiere de una revolución digital en la utilización de la tecnología en la actividad política? Las redes virtuales generaron un nuevo paradigma, que tiene que ver con la revolución de la comunicación. Sucede que el sujeto electoral se empodera a través de las redes, logra interpelar a los medios y a los políticos porque tiene su propia editorial. Además, modificó las agendas setting, es decir, antes la agenda era marcada por el medio masivo y hoy por hoy esas agendas se partieron, están compartidas por el poder político, las redes y los medios. ¿Cómo analiza el uso de las redes y plataformas digitales desde el poder político? Los políticos atravesaron distintas etapas, la primera se inició con la campaña política con Obama, quien empezó con la campaña en las redes; luego Trump, con la utilización del big data y eso se tradujo en campaña sucia con Bolsonaro, en Brasil, con el uso exclusivo de big data y WhatsApp como una nueva red social. ¿Debe regularse el uso de las redes y plataformas en época de campaña y en el ejercicio de la política? Estamos parados sobre un paradigma donde las empresas que manejan plataformas no están reguladas, pero han tomado resoluciones. Por ejemplo Facebook, en las próximas elecciones de Ecuador, realizará modificaciones en la promoción de temas y asuntos políticos, que ya se aplicaron en las últimas elecciones en Argentina. Eso marcará el control de las fake news, los boots y los trolls. Además, desde el próximo mes Twitter prohibirá las promociones políticas y Google va por ese camino. ¿Los políticos hacen un mal uso de las redes? En muchos sectores políticos se hizo un mal uso de las herramientas digitales con el exceso de marketing político, se olvidaron de la política, trataron de resolver su relación con los ciudadanos con herramientas digitales, a través de sensaciones, es decir, le hacían creer a la gente que había una conversación, lo cual no era real. ¿El mal uso es consciente? Los políticos son seres humanos y se equivocan, hay buenos y malos. Hubo polìticos que lo hicieron conscientemente. Decir hoy que la campaña de Bolsonaro no sabía cómo era la utilización de redes o que estaba mal hacer fake news, es una mentira. Pero no solo es la responsabilidad del candidato, sino también de los consultores políticos que venden esta herramienta para estos usos. ¿Las redes sociales fortalecen la democracia? En este momento creo que es potente porque acerca a sectores que no tenían capacidad de conectarse, a las noticias, al conocimiento, etc. En el ámbito político no se puede usarla con una lógica del siglo XIX, pues veo políticos que tienen sus redes, pero no conversan con la gente, cuando estas son para hablar entre sí, para conectarnos. La era digital es la era del compartir y si el político no entiende eso, generalmente lo encontramos con redes marketineras, gacetillas de prensa, se hablan ellos mismos. ¿La regulación de las redes es urgente en época de campaña? En mi última reunión con Facebook se discutió este tema; es difícil legislar espacios virtuales, sobre todo cuando estas empresas se encuentran en otros países. La transmedia es internacional. ¿Cómo resolvemos esto? Se lo hizo desde las propias empresas. Regreso al ejemplo de Facebook, que empezó con una tarea muy dura. La red social blinda, dos meses antes y un mes después, solo en época de elecciones, la generación y emisión de fake news con el fin de transparentar el proceso. ¿Cómo es este blindaje? No te permiten promocionar material político social y de otras cuestiones similares en época de campaña, por más que lo quieras disfrazar. Se genera una etiqueta de responsabilidad, es decir, si un político quiere promocionar algo la etiqueta mostrará: quién pagó la publicidad y se habilita un sitio donde la ciudadanía, los medios, entre otros actores, podrán ver cuánto gastó cada uno de los candidatos, cuánta gente trabaja, posteos, etc. Si el candidato no cumple con estos requisitos, la red elimina la promoción. Esto genera control, transparencia y la posibilidad de regular de alguna manera los escenarios políticos en época electoral. (I)