Las noticias falsas en redes sociales no cesan y menos con miras a un año electoral. Los llamados troll center crean nuevas cuentas para atacar a funcionarios del Gobierno ante la posible candidatura de alguno de ellos para 2021. La semana anterior trascendió una fake new que involucró al vicepresidente Otto Sonnenholzner y a su familia con la supuesta compra de vacunas y la liberación de estas por un brote de H1N1, en 2019. También se descontextualizó una visita del funcionario a Chimborazo, donde presuntamente un dirigente de Pachakutik le reclamó por los hechos ocurridos en octubre, en el paro nacional. En los 12 días de manifestaciones, el Ministerio de Gobierno detectó 20.000 noticias falsas. Para el director de Cobertura Digital, Christian Espinoza, las fake news se multiplicarán tal y como ocurrió en octubre de 2019. Hoy -dice Espinoza- existe la mala práctica de los políticos de atacar a sus adversarios en redes sociales porque es fácil dañar su reputación y lo hacen utilizando las emociones negativas, “esas que indignan y se hacen virales”. Para contrarrestar este ataque diario, el experto recomienda tener un equipo dedicado a hacer fact checking (chequeo de hechos) que desmienta en tiempo real las noticias falsas que se han viralizado. “Deben saber cuándo conviene desmentir, denunciarlo y no cometer el error de amplificarlo, es decir, comprobar que este no se haya viralizado”. Cuando no se desmiente pronto- destaca- es difícil que ese mismo público se entere de la verdad y ya se queda desinformado. Explica que los políticos para difundir las fake news tienen un equipo que crea cuentas falsas, que suplantan identidades, “es una creación de ejércitos que se encargan de retuitear, también se los llama ‘granjas’”. En Facebook, menciona, han proliferado las fan page falsas y para ello utilizan la palabra “noticia”. Resalta que la mejor herramienta para detectar las noticias falsas es la “actitud crítica” y no compartir contenido sin verificar las fuentes. Autorregulación Sin embargo, para María Fernanda Noboa, decana de la Escuela de Prospectiva Estratégica del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), a este fenómeno global le hace falta un marco de autorregulación y control, ya que la intencionalidad de las noticias falsas o adulteradas es obtener reacciones de parte de los lectores y oyentes. “Esta desinformación tiene como objetivo afectar la subjetividad de las personas, sus imaginarios. Es año electoral y esto implicaría una guerra de operaciones psicológicas de información”. Cita al experto mexicano Guillermo Orozco, quien dice que ser cibernauta ya no es ajeno a nosotros. “Pertenecemos a ese mundo y el problema es que la desinformación y la propaganda, que tienen un engaño intencional, nos hace ser parte de ese escenario”, refiere Noboa. Legitimidad La decana detecta un problema también grave y es que la credibilidad, seriedad y legitimidad de los comunicadores que hacen investigación seria se ven afectadas por la descredibilidad hacia ellos y su gremio. Por eso coincide con Espinoza en que hay que verificar las fuentes de donde se genera la información. “Hay que alfabetizar a los comunicadores y al público en técnicas de lectura crítica de los dispositivos de discurso y los que aparecen en las redes”. Noboa enfatiza en que el público debe contrastar, revisar otras fuentes para que “no caigan en esta, prácticamente moda de consumo mediático. A la noticia se la ha puesto como un chocolate suculento que te obligan a comer y luego no te lo puedes sacar”. Pero las noticias falsas no son de ahora. Julie Posetti y Alice Matthews publicaron en el portal ICFJ un análisis donde indican que las fake news se remontan a la antigua Roma, “pero en el siglo 21 se ha visto la utilización de la información como arma a una escala sin precedentes”. Mencionan que la nueva y poderosa tecnología hace que la manipulación y fabricación del contenido sea simple y las redes sociales amplifican dramáticamente las falsedades que venden los políticos populistas y las entidades corporativas deshonestas. En ese sentido, Felipe Cornejo, de Devsu Pymes Tecnología, expresa que a medida que la tecnología sigue evolucionado el tema de las “noticias falsas” se volverá más complejo y será una amenaza más grande para las democracias en el mundo. Destaca también el uso de los deep face (videos montados) muy reales, lo que solo va a exacerbar el problema de las fake news.Gobierno y empresas -añade- deben educar a la población en cómo pueden darse cuenta que una noticia es falsa. “Twitter ha dado un paso importante al no permitir que se compre propaganda política”. (I)