Las próximas elecciones del 24 de marzo no solo marcan un récord por los 80.281 candidatos inscritos, sino también por la cantidad de grupos políticos autorizados para intervenir en los comicios. En septiembre pasado, el Consejo Nacional Electoral (CNE) aprobó un total de 279 organizaciones entre nacionales, provinciales, cantonales y parroquiales, lo que significa un aumento del 130,5% respecto a las 121 que estuvieron admitidas para las seccionales de febrero de 2014. De ese total, 23 organizaciones son de ámbito nacional: 8 partidos políticos y 15 movimientos; en las seccionales de 2014 eran 7 y 5, respectivamente. A nivel provincial, Pichincha cuenta con 28 organizaciones políticas, seguidas de Guayas y Manabí, con 23 cada una; Loja 21, Azuay 19 y El Oro 18. Hace 5 años, la provincia que registraba el mayor número era Guayas con 12, seguida de Pichincha y Loja con 10, cada una; Azuay, Manabí y El Oro tenían 5. Pero ahora, con excepción de Galápagos y Orellana, todas las provincias registran un aumento de organizaciones políticas aprobadas por el órgano electoral. Crisis de partidos ¿A qué se debe este fenómeno? Analistas consultados por EL TELÉGRAFO opinan que la falta de fuerzas políticas nacionales consolidadas incidió para que en los últimos meses aparecieran nuevas agrupaciones. El inicio de la época democrática actual, en 1979, marcó la presencia de agrupaciones alineadas ideológicamente. Estaban, por ejemplo, el Partido Social Cristiano (PSC), identificado hasta ahora con la derecha. La Izquierda Democrática (ID), de tendencia socialdemócrata. Y la Democracia Popular (DP), de corte centroderechista. Frente a ellas y como contrapeso aparecían grupos identificados con la izquierda como el Partido Socialista, el Frente Amplio de Izquierda (FADI) y el Movimiento Popular Democrático (MPD). Si bien estas agrupaciones no llegaron a la Presidencia, obtuvieron éxitos a nivel local y parlamentario. No obstante, las continuas crisis económicas que sufrió el país terminaron desgastando el panorama político a través de la salida constante de presidentes, proceso que concluyó en 2007. En este ambiente político accidentado llegó a la presidencia Rafael Correa, quien utilizó el poder político para beneficiar a PAIS. Impulsó reformas electorales como la aprobación del método D’hondt para la asignación de escaños, lo que permitió a su movimiento dominar el escenario legislativo también. Omnipresencia de AP Fausto Camacho, coordinador del Observatorio Ciudadano Electoral, menciona que en la década pasada la omnipresencia de Alianza PAIS (AP) dejó sin contrapesos políticos al país. “Al no existir esa fuerza política se presenta ahora este fenómeno que, a su vez, también se produce por la ausencia de un sistema de partidos políticos con coherencia en el país”, señala. En 2013, un análisis de Johanna Andrango, de la Universidad San Francisco de Quito, titulado “Crisis de partidos políticos”, indica que pese a que el país pasó de un sistema de partidos de gran pluralismo a uno que predominaba, la realidad indica que es lejana la idea de tener un sistema electoral fuerte e institucionalizado. Sostiene que los partidos políticos tienen que ser confiables y actuar de acuerdo a su ideología. Además estos deben “deslindarse de caudillismos y la personalización del poder y, sobre todo, ser reconocidos como medio de representación de intereses de la sociedad a nivel nacional”, anota el estudio. Camacho advirtió otro problema que acarreará esta atomización de partidos y candidatos, que es la legitimidad de quienes salgan elegidos, pues por la gran cantidad de postulantes a las diferentes dignidades, “tendríamos triunfadores con el 15% de votos”. La analista política Patricia Hidalgo Albuja opinó anteriormente que es necesaria un reforma al Código de la Democracia, pues sabe de candidatos que se inscriben únicamente para aprovechar los fondos partidarios y de esta manera “darse a conocer, ya que el CNE paga la promoción electoral”. Por eso, dijo que se debe exigir experiencia a los postulantes y nivel de preparación académica; “en general, las listas están llenas de gente que no sabemos por qué están allí”, afirmó. Hidalgo apuntó que hay personas preparadas, pero ningún partido les da oportunidad pues se han convertido en grupos muy cerrados. El actual consejero electoral Luis Verdesoto afirmó que esta situación obliga a realizar cambios en la ley, pues hay una extrema dispersión en el Ecuador, lo que no es positivo y adelantó que analizarán la posibilidad de rebajar el número partidos, especialmente cantonales. (I)