En el juicio por el secuestro de Fernando Balda se incluyó al exsecretario nacional de Inteligencia, Pablo Romero. ¿Qué se viene en el juicio?Tenemos un nuevo fiscal (Paúl) Pérez Reina, que es uno de los fiscales más probos del país. Es él quien debe tomar una decisión de qué hacer. Evidentemente con Romero no nos vamos a conformar. Sería una victoria agria, porque nosotros lo que esperamos es tener a los verdaderos gestores, a quienes dieron las órdenes. Según la información que tenemos vendría a ser Rafael Correa, quien tiene la presunción de inocencia y tendrá que defenderse, pero nuestro rol será desvirtuar esa presunción de inocencia. ¿Cuál es el sustento para la hipótesis de que Correa tiene una actuación, que la Senain daba información directa a él? Más que eso, porque los cheques con los que paga a los secuestradores son de la Presidencia. Además, porque (Diego) Vallejo, excolaborador del exministro José Serrano, ha dicho que fue orden de Correa. Otras personas involucradas han dicho lo mismo. Además, Fernando Balda debía cumplir una condena de calumnias contra Correa, quien quería traerlo era él. ¿Son suficientes esos indicios? El derecho es lógico. No podemos pensar que un cabo de policía va a gastarse más de $ 60.000 en hoteles, en contratar secuestradores, en alquiler de autos. ¿Eso sucede porque soldados lo deciden o porque es un general que está dando órdenes? Esto no salva a los de abajo, pero tendrán que responder los de arriba. ¿Solo Correa o hay más funcionarios. Por ejemplo, se habla de un audio en el cual se menciona a José Serrano y a un exjefe de la Policía?Ellos al parecer también estarían dentro de este caso. Para esto es la investigación, para desvirtuar o confirmar lo que cada uno dice. Consideramos que hay pruebas para llegar a Carondelet. Vamos a ir viendo que el anterior régimen no solo saqueó al país, sino que fue delictivo en crímenes sangrientos. Y eso es justamente mi objetivo. Porque fueron tan científicos a la hora de robar que no vamos a llegarles por la billetera, pero no a la hora de mandar a secuestrar y matar. Dejaron tantos cabos sueltos en este secuestro que ya no pueden salvarse. (I)