Odebrecht armó un meticuloso manual para sobornar. La empresa brasileña no dejaba nada al azar y procuraba que en todos los países se use la misma metodología y sistemas para ocultar sus pagos ilegales. Toda esta trama estaba liderada  por los ejecutivos más importantes de la constructora, desde el llamado Departamento de Operaciones Estructurales. Esta era el área encargada de llevar una contabilidad falsa de la empresa. De acuerdo con la justicia brasileña, el Departamento de Operaciones Estructuradas tenía cinco cabezas: Hilberto Silva (coordinador), Luiz Eduardo Soraez (gestor de los pagos), Fernando Migliaccio (tesorero y encargado de controlar las transferencias), Angela Palmeira (quien hacía los pagos al exterior), y María Lúcia Tabares (responsable de las coimas en Brasil). Actualmente, ellos son procesados por la justicia de ese país y han revelado cómo operaba la red de corrupción. Para su funcionamiento, el Departamento de Operaciones compró un banco en Antigua y Barbuda (Meinl Bank) desde donde se hicieron transferencias a empresas offshore y a entidades financieras de cada país donde operaba la red. La constructora y sus ejecutivos crearon 46 compañías de papel en todo el mundo. Entre ellas, Constructora Internacional de Sur y Klienfeld, que según la Fiscalía, tienen una relación directa con los sobornos en Ecuador. Protegidos por dos programas Pero la protección que les daban las empresas offshore en paraísos fiscales no era suficiente. Para caminar en las sombras los ejecutivos de Odebrecht adquirieron dos complejos sistemas informáticos: My Web Day y Drousys, los cuales llevaban un registro informático de las coimas que pagó la constructora en Ecuador y en otros 11 países en América y África. My Web Day cumplía una doble función: archivaba los sobornos que se habían pagado por país, por proyectos y obras, los montos, las cuentas, las transferencias y beneficiarios, que eran identificados por códigos, pero también borraba el cifrado de claves para que no se conozcan las coimas. (Ver infografía) Hoy, todo ese enjambre de operaciones encubiertas se conoce por el acuerdo al que llegaron los dueños de Odebrecht con la justicia de Brasil, Estados Unidos y Suiza. En este último país se incautó el software My Web Day que sigue siendo analizado para descubrir el resto de secretos que guarda. Esta estrategia se complementaba con el programa Drousys que tenía su base en Suecia y les permitía a los ejecutivos involucrados en la red de coimas hablar secretamente entre ellos y con los operadores financieros externos. Este programa facilitaba el envío de  correos electrónicos  y mensajes instantáneos encriptados. Algunos se borraban inmediatamente, pero otros se guardaban. Con estos archivos, la justicia brasileña descubrió los apelativos que llevaban los principales ejecutivos de Odebrecht involucrados en la trama de sobornos. Por ejemplo, descubrieron los alias de los cabecillas del Departamento de Operaciones Estructuradas: Hilberto Silva llevaba el nombre ‘Charlie’; Luiz Eduardo Soraez era ‘Tushio’ y ‘Neruda’; Fernando Migliaccio era ‘Whaterloo’; Angela Palmeira era ‘Tsarina’ y ‘Tumaine’ y, finalmente, María Lúcia Tabares era conocida como ‘Tulia’. Otros ejecutivos que estaban en el sistema eran Olívio Rodrigues, el creador de la red de empresas offshore en Panamá y quien tenía los alias de ‘Gigo’ y ‘Maverik’; además,  su mano derecha y operador financiero, Marcelo Rodrigues, conocido como ‘Giginho’. El código “Tío” y los otros alias ‘Gigo’y ‘Giginho’ aparecen en los correos entregados por la justicia estadounidense a la Fiscalía ecuatoriana. Uno de ellos fue enviado el 13 de junio de 2012, por  ‘Tumaine’ (el alias de Angela Palmeira)  a ‘Gigo’ y ‘Giginho’. Allí la tesorera hablaba sobre el pago de Manduriacu y les decía: “Los pendientes son grandes. Solo después del recibimiento de los extractos se podrá o se dará de baja”. Y en el siguiente párrafo del correo aparece una captura de pantalla con el registro de la supuesta coima de $ 150 mil  por la construcción de la central hidroeléctrica Manduriacu y donde aparece el código “Tío”. También se registra que el  dinero llegó a través de la offshore Glory International Industry.  Para la Fiscalía este pago estaría relacionado con Ricardo R., tío de Jorge G. y uno de los principales sospechosos en el país. En el sistema Drousys también  aparecen los registros de las supuestas coimas pagadas para los contratos del Poliducto Pascuales-Cuenca; de los trabajos en los terrenos de la Refinería del Pacífico; del Acueducto La Esperanza y del trasvase Daule-Vinces. En cada uno de ellos existen los montos, nombres en código y las empresas offshore desde los que se hicieron las transferencias a los intermediarios. Para los investigadores seguir estos rastros es clave para descubrir quién se esconde detrás de cada alias. En el caso del Poliducto Pascuales-Cuenca, la ayuda penal internacional revela que se hicieron dos pagos al nombre secreto ‘Bambi’ por más de $ 400 mil y 190 mil euros en febrero y marzo de 2014. En el sistema Drousys aparece que recibe ese dinero de parte de dos compañías offshore Stockwell Corporation y Emalcorp. Stockwell y Emalcorp aparecen ligadas a Gustavo M., quien confesó que fue intermediario de Odebrecht para pagar coimas a los funcionarios de Petroecuador encargados del contrato de esa obra. Para la Procuraduría la relación está clara.  En su acusación dice que el dinero salió desde una de las empresas offshore más grandes de Odebrecht, Klienfeld a Stockwell y sirvió para que se le entregara información clave para que Odebrecht ganara. Mientras que la otra parte del efectivo lo dio Emalcorp de propiedad de Kleper V. quien también confesó que fue intermediario de la constructora. En las obras para la Refinería del Pacífico y del Acueducto La Esperanza aparecen tres alias: ‘Portugues’, ‘Miami’ y ‘Vermelho’. A ‘Portugues’ se le hicieron pagos en febrero y abril de 2014 a través de la empresa offshore Golden Engineering Services. Esta empresa de papel está supuestamente ligada a Freddy S., exgerente de la empresa estatal petrolera venezolana PDVSA en Ecuador y que, según las delaciones, de Odebrecht recibió más de dos millones de dólares para ayudar a que la constructora entrara a los terrenos de la refinería. Según la ayuda internacional de  Estados Unidos, Freddy S. recibió la mayor cantidad de dinero con un total de $ 2,4 millones, entregados a través de cinco pagos a las empresas Golden Engineering Services y Sevylor Trading Corp. Actualmente, él se encuentra prófugo. En el caso de ‘Miami’ el dinero se dio a través de la empresa Cosani. El fiscal general Carlos Baca sostiene que Cosani trianguló dinero para el excontralor Carlos Pólit. La constructora brasileña aseguró que él recibió más de $ 10 millones por liberarlos del control y auditorías. El tercer alias ‘Vermelho’ o rojo en portugués recibió su pago por medio de WW Management Consultants de $ 140 mil. Para el trasvase Daule-Vinces aparece el sobrenombre ‘Black Level’ que está ligado a la empresa offshore Alesbury. Esta compañía fue creada por José T. para triangular dinero para los funcionarios que recibían los sobornos de la firma brasileña. Otro alias es ‘Paquetazzo’, el cual recibiera una transferencia desde Belvedear. De acuerdo con la investigación fiscal, esta empresa de papel aparece como una de las compañías que entregaron dinero a Diego C. Finalmente, se encuentran los alías ‘Profesor’ y ‘Primos’. Asimismo, se detectó que el alias ‘Apolo’ está unido a la firma de papel Dramston Limited. Según los expedientes de la Fiscalía, esta compañía estaría vinculada a Carlos Pareja Cordero, quien está asilado en Perú. Con esta sospecha, el fiscal Wilson Toainga abrió una indagación previa en contra de Pareja Cordero por supuesto lavado de activos.  Hasta el momento tres personas en Ecuador confesaron que sirvieron como puente para los sobornos de la constructora, ellos son José T., Gustavo M. y Kleper V. Los tres contaron cómo recibían dinero en efectivo que entregaban en oficinas y a domicilio. También crearon empresas offshore en Panamá para ocultar sus pasos ilegales. Descubrir al resto de implicados le corresponde a la Fiscalía, pero no es tarea fácil. Esta maquinaria de corrupción, según el FBI, se hubiera tardado en descubrir y descifrar todos sus códigos más de 100 años. (I) El nombre de Columbia Management se repite en la ayuda penal de EE.UU. Aníbal Quinde, defensor de  Ricardo R. El Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht archivó en detalle las transferencias que se realizaron a la empresa Columbia Management, supuestamente vinculada a Ricardo R., uno de los principales sospechosos en la red de coimas que armó la empresa brasileña. Este Departamento era el encargado de ocultar los sobornos de la empresa, coimas que se pagaban con ayuda de varias empresas offshore, entre ellas la principal fue Columbia Management, según las asistencias penales que llegaron desde  Estados Unidos y desde Panamá. Por ejemplo, en el reporte de la justicia estadounidense, Columbia Management es la empresa de papel que más dinero de los presuntos sobornos trianguló, más de $ 10 millones. Este dinero fue entregado a varios intermediarios identificados solo por palabras clave. Por ejemplo, se encuentra ‘Diversos’ que recibió  $ 8,2 millones; ‘Águia’ (águila) al que se le transfirió $ 1,5 millones; ‘Peão’ (peón) más de $ 600 mil y otros que no tenían un alias y que llegaron a los $ 2,5 millones. (Ver cuadro dos) Esta información se complementa con la investigación que hicieran las autoridades panameñas, en la cual se ratifican esos movimientos financieros. De acuerdo con ese reporte, la mayoría de las transacciones fue hacia empresas ubicadas en Ecuador. La empresa offshore Columbia Management pertenece a Édgar A., un empresario quiteño que es investigado por la Fiscalía en el proceso legal por asociación ilícita. Édgar A. se entregó a la Justicia porque defiende su inocencia y asegura que no tiene ninguna relación con los pagos de sobornos a funcionarios públicos ni ha tenido ningún nexo con Ricardo R. No obstante, una pericia contable que realizó la Fiscalía identificó que su compañía recibió fuertes cantidades de dinero desde las empresas offshore creadas por Odebrecht para esconder los pagos de sobornos. El dinero se remitió, especialmente, desde Select Engineering Consulting, Klienfeld, Constructora Internacional del Sur, Innovetion Rech Elgeenering And Development y desde el Meinl Bank. Todas ellas están vinculadas con la constructora brasileña y son indagadas por la justicia de varios países. Además, el exdirectivo de Odebrecht en Ecuador, José Conceição Santos, confesó a la Fiscalía y al juez de la Corte Nacional, Miguel Jurado, que la triangulación del dinero también pasó por las cuentas de la  compañía offshore de Édgar A., quien  luego se encargaba de traer el dinero en efectivo al país para coimear a los funcionarios públicos e intermediarios. “A través del sector (Departamento) de Operaciones Estructurales entregaba estos montos al señor Édgar A. a través de la empresa Columbia y Diacelec entregaba a la empresa Odebrecht. Diacelec hacía contratos con Odebrecht como una forma de cortesía de tener trabajando el proyecto en contrapartida para que él pueda entregar esos montos”, dijo el exejecutivo en su testimonio voluntario. Para la Fiscalía General del Estado, esa declaración empata con el peritaje hecho a los movimientos financieros. En los expedientes de la instrucción fiscal se encuentra el análisis por un perito contable, en el cual se detectó que Odebrecht enviaba el dinero hacia las empresas de papel de Édgar A. y este luego traía el efectivo a Ecuador a través de Diacelec. Édgar A. también es el principal accionista de esta empresa dedicada a la comercialización de acero para la construcción y que es considerada una de las más grandes del mercado local. Las oficinas de Diacelec fueron allanadas el 2 de junio pasado por agentes de la Unidad de Lavado de Activos de la Policía y de la Fiscalía. Los abogados de la compañía manifestaron a la Fiscalía que el dinero que recibió la empresa es legal. Sin embargo, de acuerdo con el informe del perito financiero, el dinero que envió Columbia Management a Diacelec entraba a los cuadernos contables de la firma como préstamos para Édgar A., pero no hay registros de esos compromisos. Así lo dice textualmente el reporte: “Según la información proporcionada por la contadora de la empresa Diacelec, Myriam C., estas transferencias se contabilizaban como préstamos a Édgar A. accionista mayoritario. Sin embargo, no se adjuntaron documentos (contratos, convenios, pagarés, etc) que se adjudiquen la obligación registrada”. En la revisión de las cuentas de ambas compañías se verificó que Columbia Management habría transferido $ 10 millones a Diacelec entre junio de 2010 y mayo de 2015. Dinero que supuestamente se dio a Édgar A., pero él solo facturó $ 798.689 por servicios profesionales y arrendamiento entre 2013 y 2016. Pero el peritaje recalca que tampoco se puede verificar esos rubros. Los abogados de Édgar A. preparan sus alegatos para presentarlos en la Corte Nacional. Mientras tanto, Aníbal Quinde (foto), defensor de  Ricardo R., aseveró que la Fiscalía no tiene ninguna evidencia concreta que vincule a su cliente con Diacelec o con Columbia. (I) La defensa de Jorge G. busca cambiar de juez Para la defensa del vicepresidente Jorge G., el juicio en su contra es político. Su abogado Eduardo Franco está convencido de que el juez de la Corte Nacional de Justicia, Miguel Jurado, no es imparcial y por eso pidieron que sea reemplazado. Franco presentó el viernes pasado un pedido de recusación que busca que se cumpla con ese cambio. La decisión se tomó luego de que el juez Jurado negara el pedido para liberar al Segundo Mandatario, quien se encuentra detenido en la Cárcel 4 de Quito. “Una aberración jurídica y una infamia es la prisión del vicepresidente Jorge G. porque es inocente. No hay pruebas que lo incriminen”, escribió el abogado en su cuenta de Twitter. Hasta que este recurso se resuelva se suspendió la competencia de Jurado. En consecuencia, la audiencia de sustentación del dictamen fiscal prevista para el lunes 16 de octubre (hoy) queda aplazada. La recusación la resolverá Édgar Flores, quien es conjuez de la Corte Nacional. Franco también sostuvo que presentó una queja ante el Consejo Nacional de la Judicatura en contra de Jurado por “manifiesta negligencia o por error inexcusable”. La semana pasada, el juez Jurado negó los pedidos de libertad que presentaron Jorge G. y Gustavo M., este último solicitó su excarcelación por problemas de salud. Ante esto, el magistrado pidió al Ministerio de Justicia, encargado del sistema penitenciario, que tome las medidas necesarias para que Gustavo M. reciba tratamiento médico y psicológico cada semana. (I)