La consulta popular recuerda el espíritu de Montecristi

La Carta Magna cumplir&aacute; ma&ntilde;ana 9 a&ntilde;os de vida jur&iacute;dica. Su elaboraci&oacute;n fue un verdadero proceso participativo: la instalaci&oacute;n de la Constituyente, aprobada en un referendo, al igual que el documento surgido de all&iacute;. R&iacute;os de gente acud&iacute;an con sus propuestas todos los d&iacute;as hasta Ciudad Alfaro, en la cima del cerro que corona Montecristi. En esas largas caminatas se pon&iacute;an en escena las esperanzas para el reconocimiento de los pueblos originarios, la defensa de la naturaleza y el medio ambiente, el fin de la partidocracia, una justicia m&aacute;s expedita, una funci&oacute;n p&uacute;blica m&aacute;s transparente, la igualdad de la mujer, las oportunidades para los j&oacute;venes y una serie de demandas hist&oacute;ricas acumuladas durante d&eacute;cadas. El presidente Len&iacute;n Moreno quiere recuperar ese esp&iacute;ritu. Un cuadro parecido, tomando las distancias del caso, ha vivido el pa&iacute;s en los &uacute;ltimos d&iacute;as. Colectivos, partidos pol&iacute;ticos, grupos sociales, etnias, j&oacute;venes, funciones del Estado, gobiernos locales y autoridades han acudido al Palacio de Carondelet con su carpeta. All&iacute;, bajo el brazo, llevaban las preguntas que ellos cre&iacute;an deben estar en la consulta popular. Se ha abierto un clima extraordinario para el pa&iacute;s. Como en 2008 existe un consenso general de que se requiere una reforma. Eso ha sido canalizado correctamente por el presidente Moreno. De all&iacute; la importancia de acudir a las urnas para que no haya un solo ciudadano que no decida. Si as&iacute; nace la consulta, el pa&iacute;s va por buen camino. Un proceso participativo tiene que ser amplio, sin vetos, sin discriminaciones de ning&uacute;n tipo. Las elecciones ya quedaron atr&aacute;s, por lo que no hay rivales. Todos quienes acudieron a la Plaza Grande son ecuatorianos y por lo tanto tienen el derecho de incidir en los destinos del pa&iacute;s, que es lo que se decidir&aacute; en la consulta. Es muy sano para la democracia ecuatoriana ver a la Conaie, al FUT, a Alianza PAIS, a los afroecuatorianos, a los asamble&iacute;stas de SUMA y CREO, ingresando por igual a la sede del Ejecutivo. Ahora viene una labor tit&aacute;nica. En apenas una semana habr&aacute; que sistematizar las propuestas y elaborar un texto final. La tarea no solo es dif&iacute;cil por el alto n&uacute;mero de iniciativas, sino porque hay que redactar un documento que logre el mayor consenso nacional. Si eso falla, entonces vendr&aacute;n nuevamente las disputas que tanto da&ntilde;o han hecho. (O)