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El Telégrafo
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Parapente una experiencia "extrema"

Parapente una experiencia "extrema"
14 de noviembre de 2011 - 00:00

El cerro “Bototillo” es el lugar preferido para los “hombres pájaros” cuando buscan escapar del ruido de la ciudad  y experimentar la tranquilidad y paz que ofrece un vuelo en parapente.

Se pueden pasar horas volando y casi siempre se quedan con ganas de más. Así lo manifiesta Juan Carlos Morán, un piloto quiteño de parapente que ostenta el récord nacional de distancia tras recorrer 85 kilómetros desde Guayaquil hasta aterrizar en el pueblo de Cascol, en la provincia de Manabí.

Desde el “despegadero” como llaman los deportistas a los sitios donde emprenden sus saltos, Juan Carlos se alista para realizar su tercer salto del día.

El  piloto profesional cuenta con un parapente color verde, lo que hace que sus compañeros bromeen diciendo que es el “Avispón Verde”. A 305 metros de altura, en el kilómetro 14 Vía a la Costa, Tito, como es más conocido el quiteño, se coloca el arnés con protección dorsal, luego el casco, revisa el paracaídas de emergencia que ya está listo en la mochila, porque no ha tenido que usarlo; la radio con frecuencia de la zona, GPS y el  variómetro (indicador de velocidad) también están en orden.

Se ubica en posición de despegue (de espaldas al cerro) y el parapente se abre con el aire, y con una pequeña corrida Tito vuelve a disfrutar de la corriente del viento en su cara y de observar el lindo paisaje que ofrece el puerto principal.

La diversidad de casas de las urbanizaciones privadas, algunas terminadas y otras en construcción, es lo primero que se observa; los carros circulando a  velocidad por la Vía a la Costa y los manglares que están más atrás de la zona urbana son parte del panorama que se aprecia desde arriba.

Después de aproximadamente una hora de permanecer en el aire, gracias a la energía de la naturaleza (corriente térmica), explica Tito, después del aterrizaje en el conjunto Terra Nostra, que esto se produce más en días soleados.
“El suelo aumenta su temperatura, de forma que el aire que está en contacto con él comienza a formar una burbuja caliente”. dice. Esto provoca que se pueda ascender más alto.

Tito viene de participar y ganar en la pre Copa del Mundo, en Colombia, en donde obtuvo el primer puesto en su categoría  y 22 en la general. Allí  participaron 150 pilotos. “Cada dos años, la Federación Aeronáutica Internacional (FAI) organiza estos campeonatos donde van los mejores. Fui a este torneo porque necesito cubrir puntos para el Mundial de Suiza   2013”, cuenta.

También existen Ligas de Parapente  que se desarrollan en fechas de cinco válidas durante todo el año; y la final del próximo año será en el Valle de Bravo, en México. “Allá sí voy para seguir rankeando, soy 800 en el mundo, pero  cada país tiene su cupo y van los que estén en mejores puestos”, agrega.

Ya en tierra también encontramos al multi campeón nacional de Alas Delta, Raúl Guerra, quien es el promotor y organizador de los saltos en la urbe porteña.

El atleta fue la persona que decidió construir un camino para llegar a la cima del cerro “Bototillo”, considerado un lugar ideal por su inclinación, altura y ubicación relativa a los vientos y corrientes térmicas de aire.

Esto pasó en el 2009 y desde ese año la rampa de despegue para los “hombres pájaros” es un sitio concurrido los fines de semana.

“El Festival de Alas Delta se realiza desde el 2003;  antiguamente no podíamos volar desde la montaña porque no había un acceso, pero hace dos años se logró hacer un despegadero y se rompió el récord de distancia; es el mejor lugar donde volar en el Ecuador”, asienta Raúl, quien posee una vela de color rojo.

Además, cuenta con orgullo que Ecuador se ubica en el puesto 23 entre 44 países que pertenecen a la FAI. “He llegado a estar entre los cien mejores. También superamos a Colombia, que tiene excelentes pilotos”, agrega.

Raúl es uno de los pilotos ecuatorianos que ratifica que el “Bototillo” es el lugar propicio para volar distancias, porque  la Vía a la Costa está formada de canteras (rocas) y éstas generan suficiente calor al calentar el sol, creando muchas zonas de ascendencia.

“En la Costa se puede volar mejor que en la Sierra, porque las condiciones son más propicias, puedes viajar de un lugar a otro. La diferencia es la altitud que existe entre las dos regiones, porque una está a más de 2.500 metros y aquí estamos a nivel del mar; esa diferencia de altura hace que cambie la presión de la capa atmosférica y los aparatos vuelen diferente, es mucho más seguro por la densidad del aire”, detalla.

El monarca de Alas Delta en el país practica desde hace 25 años esta disciplina y expresa que la sensación de “paz, libertad y relajación” no la cambiaría por nada, a pesar de ser considerado un deporte extremo. “Tuve un accidente en donde me rompí un brazo, pero son cosas que pasan andando en moto, bicicleta o carro”. 

Su récord es de 230 km, el que lo consiguió en Texas, y en julio pasado representó al país en el Mundial de Italia, en el que participaron  150 pilotos. Se ubicó en el puesto 60, porque reconoce que “allá es otro nivel”.

El récord mundial es de más de 700 kilómetros alcanzado en Texas (son 9 horas volando). “Allá la caída del sol es a las 9 de la noche,  por eso tienen más tiempo para volar y más térmicas”, justifica.

A su lado también estaba el parapentista Carlos Chiriboga que pertenece al Centro de Vuelo Libre de Quito, y  nos explica un poco sobre cómo califican y en qué consisten las pruebas de los campeonatos locales.

“Nosotros siempre cargamos un GPS, que es un sistema de  posicionamiento global con el que volamos todos los pilotos. Antes de la competencia nos dan unos puntos que debemos completar en la prueba. Cuando aterrizamos  vamos donde el juez de mesa y descargamos en la computadora  el vuelo, para que se califiquen los tiempos y distancias en general”, dice.

Campeonato internacional

Durante el feriado pasado se realizó en Guayaquil el  Festival de “Los hombres pájaros”, modalidad parapente, que duró seis días; y en el que actuaron más de 25 pilotos provenientes de Estados Unidos, Venezuela, Perú, Colombia,  Ecuador y Francia.

El evento contó con la presencia de los mejores pilotos del país y también se lo realizó con el fin de fomentar más esta disciplina, para que la ciudadanía conozca más del deporte y pueda aprovechar para lanzarse en la ciudad.

Los ecuatorianos fueron los monarcas en este evento. En la categoría general obtuvo el primer puesto Juan García; en la sport,  Ivanov Granja; y Byron Coronel en la junior. Por equipos también el grupo “tricolor” sumó más puntos.

Las personas que quieran experimentar esta aventura, pueden comunicarse con Raúl Guerra al teléfono 091523859. El costo del vuelo en parapente es de 35 dólares.

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