El básquet es su pasión, pero el salto su destino
Entre sus ídolos no está el cubano Javier Sotomayor, el más grande atleta en salto alto de todos los tiempos, sino el basquetbolista estadounidense Michael Jordan, que fue figura mundial con los Chicago Bulls en la década del 90.
El esmeraldeño Diego Ferrín, de 23 años, es la figura de salto alto en el país y uno de los atletas clasificados para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
En 2005, el salto alto era algo desconocido para él. En su ciudad natal practicaba el baloncesto, que desde siempre y hasta hoy es su pasión. En su provincia no pudo destacar como él hubiera querido, por lo que optó por ir a Quito y probar suerte en la Concentración Deportiva de Pichincha. Como nunca actuó por la selección de su provincia, ni estaba inscrito en ninguna federación, pudo jugar para Pichincha e iniciar su carrera deportiva.
De pequeño se imaginaba saltando como Michael Jordan, el “23” como él lo llama, con la lengua afuera y como caminando sobre el aire con sus grandes saltos. Y de alguna forma lo logró, pero su éxito total no estaría ligado con el parquet (piso), ni los aros, ni las pelotas de básquet. Sino con una colchoneta, una barra horizontal y sus zapatos.
En la Concentración Deportiva de Pichincha en Quito jugaba baloncesto en el coliseo Los Quitus o el Rumiñahui y veía de lejos la pista Los Chasquis. Pero un día, impulsado por unos amigos, empezó a practicar varias pruebas de atletismo, entre ellas el salto alto. No le fue mal y Sergio Cárdenas, quien se convirtió en su primer entrenador, lo animó para que lo practicara.
Sin embargo, su mirada estaba unos metros más allá, en el coliseo de baloncesto. No se dedicó de lleno y durante algunos años iba y venía entre el baloncesto y el salto alto.
Sin embargo, en 2009 participó en los Juegos Nacionales en Quito e impuso una nueva marca nacional con un salto de 2,21 metros, por lo que se quedó en este deporte ante la insistencia de compañeros, dirigentes y entrenadores.
Desde ahí se dedicó a saltar y hace dos semanas ya consiguió su cupo para sus primeros Juegos Olímpicos, que se realizarán el próximo año, durante los Juegos Nacionales, en los que impuso el récord nacional y su mejor marca con 2,28 m (registro “B” para la cita olímpica).
“Aspiro a hacer un buen papel, no sé cómo explicar lo que siento al saber que voy a estar en Londres. Es la mejor sensación. Espero llegar, saltar bien y quedar entre los mejores”, indicó.
La madrugada del martes llegó desde Argentina, después de ganar el oro en el Sudamericano de Atletismo con un salto de 2,23 m, y en la mañana ya entrenaba en la pista Los Chasquis.
En el sur del continente el frío de la temporada no impidió que se llevara el oro, pero sí fue una molestia durante su estadía en Buenos Aires. “Aquí (Quito) está excelente el clima. Allá hacía demasiado frío, salías y te congelabas”, comentó.
Ferrín tramita en estos días la visa para poder viajar a Europa y participar en unas pruebas en Italia, pero se alista para el Mundial de Atletismo que será en Corea del Sur del 27 de agosto al 4 de septiembre. Cada día salta más alto. Cada día salta más lejos.