Carlos Gruezo “engrosa” la herencia de la familia
No hay por donde perderse ni tampoco hay discusión. Desde el nombre hasta el físico, el delantero de la selección Sub 17, Carlos Gruezo, es idéntico a su padre que ahora tiene 35 años y dejó la actividad futbolística en 2008, jugando para Liga de Cuenca.
Lo que los diferencia es que Gruezo padre era delantero neto, mientras que su hijo, también atacante, actúa muchas veces de volante ofensivo y hasta de corte, si la situación lo amerita.
En el equipo dirigido por el DT Xavier Rodríguez, Gruezo actuó de volante mixto en el último encuentro contra Perú (1-1), después de la lesión de Javier Perlaza en el primer tiempo.
Su padre no ve mal que su hijo actúe en algunos lugares de la cancha: “El es un delantero moderno. Si el técnico lo requiere para jugar en otro puesto, él está listo. Para que un futbolista pueda hacer esto, necesita un gran trabajo mental y físico”, aseguró Carlos, entrenador de la Sub 16 de Barcelona y asistente de Raúl Noriega en las Reservas “amarillas”.
El DT “torero” no pudo ver el partido del martes pasado, pero sabe del rendimiento y de lo que Carlos puede dar.
“De corte me gusta el “Rambert” (Enrique) Vera, de Liga, y Samuel Etoo como delantero”, reveló Gruezo hijo sobre sus referentes.
Desde muy chico vio la profesión de cerca, teniendo a su padre como espejo y a pesar de su corta edad ya acumula una experiencia importante.
“El (su padre) me motivó para que empiece en el fútbol, me vieron condiciones y me gustó”, aseguró Junior.
Carlos recuerda bien la temporada 2004, cuando su padre formó parte del plantel campeón de Deportivo Cuenca, el primer y único título hasta el momento de ese club.
“Fue especial ese campeonato, porque fue un momento feliz para toda nuestra familia. Ver a mi padre ahí fue emocionante”, dijo el juvenil, que actúa para Independiente.
En 2009 el jugador de la 17 partió hacia Uruguay, donde se entrenó por seis meses en el club Defensor Sporting. “Fue una experiencia muy enriquecedora para mí, por todo lo que representa el fútbol en ese país. Ahora debo poner en práctica todo lo que aprendí allá”, aseguró.
Para el mayor de los Gruezo, las vivencias de su hijo en otras tierras fueron innigualables. “Fue un gran paso, porque él se pudo dar cuenta de lo que es estar lejos de la familia y de la casa por el fútbol. Eso lo ayudó a madurar”, aseguró.
Carlitos también pasó por Liga de Quito en 2008 y desde el año pasado actúa para Independiente del Valle. “De mi equipo actual han salido algunos jugadores como (Jefferson) Montero, (Joao) Rojas o (Fernando) Guerrero. Eso es motivante para los que estamos en el equipo”.
Javier Perlaza y Michael Arboleda salieron lesionados después de los primeros cotejos, por lo que la puerta se abre para Gruezo el lunes a las 17:00 frente a Uruguay, en Latacunga.
“Yo lo veo muy comprometido. Se ha ganado un lugar en la selección y se está haciendo un nombre por sus medios, no por ser hijo de Carlos Gruezo. Yo estoy tranquilo y contento con lo que hace”, añadió su padre.