El próximo 31 de diciembre, cerca de la media noche, no todas las personas estarán en cuenta regresiva para dar la bienvenida al nuevo año.

Desde la antigüedad, los chinos utilizan el calendario lunar para marcar sus días festivos, como el inicio del nuevo año, y para el trabajo agrario, para el resto de actividades usan el calendario solar. “En China tenemos 24 estaciones solares y ya sabemos qué se debe hacer en el trabajo agrario, como cuándo sembrar las semillas y cuándo recoger la cosecha”, comenta Yao Yongbin, agregado cultural de la Embajada China en Ecuador.

El año nuevo chino se lo celebra en diferentes fechas cada año, por lo general la fecha varía entre el 19 de enero y el 18 de febrero. En el 2016 iniciará el 8 de febrero. “La fecha es entre el solsticio de invierno y el equinoccio de la primavera, como 45 días después del solsticio y 45 días antes del equinoccio”, explica Yao.

El primer día del año chino se lo denomina Chun Jie, o Fiesta de la Primavera, y es la celebración más importante para los chinos. Este festejo se alarga por 14 días, pues al día siguiente del Chun Jie inicia la Fiesta de los Faroles.

Durante estos 15 días se realizan diversas actividades como ferias artesanales y gastronómicas donde siempre hay las danzas del león.

Uno de los momentos más importantes es la víspera de la fiesta, es decir el 7 de febrero. En estas fechas, que no se trabajan, millones de chinos vuelven a sus casas de origen para celebrar en familia.

Esa noche se ilumina el ambiente con faroles y linternas de color rojo, fuegos artificiales, prenden todas las luces de las casas y lanzan petardos para espantar al Nian. Este es un animal de la mitología china que -supuestamente- aparece en la víspera del año nuevo para asustar a la gente. Los chinos creen que busca robarles sus riquezas.

Guo Nian significa Año Nuevo Chino pero también significa intimidar al Nian para guardar las fortunas de la casa. En las zonas rurales, donde las casas no son continuas, están los guardianes en las puertas, 2 leones de piedra en posición defensiva. Se cree que ellos también resguardan las fortunas de la casas y los protegen del Nian.

La cena en familia en la víspera también es importante. El menú es variado, depende de las costumbres de cada hogar, pero lo que nunca falta en la mesa son los rabioles.

Según el Agregado Cultural, los rabioles chinos tienen la forma de un lingote de oro de la antigüedad, relleno de varias cosas como verduras. Para los chinos, este alimento les traerá fortuna y felicidad el próximo año. Además, tienen la costumbre de entregar sobres rojos con pequeñas cantidades de dinero a los parientes más jóvenes de la casa. El objetivo es desearles suerte y fortuna en el año venidero.

Las ventanas de las casas también se llenan de color con los peces de papel. Según Yao, el caracter de peces y el caracter de fortuna se leen igual en chino: Yu. Se cree que al colocar varios peces en la casa se atrae a la fortuna y a la felicidad.

El día 14 y 15 del año nuevo chino, ya para finalizar la Fiesta de los Faroles, toda la familia se reúne para comer Yuan Xiao, una bola de arroz glutinoso relleno de sésamos con un sabor dulce.

Felipe Hank, oriundo de China, comenta que su familia tiene la costumbre de recibir al año vestidos con ropa nueva. También, escriben sus deseos para el próximo año en un papel rojo y lo cuelgan en la puerta. Además, es tradición que el padre lleve a todos los niños de la casa a visitar las tumbas de sus ancestros. Ahí, les conversa historias y cuentos de sus antepasados y finalmente les dejan comida sobre las tumbas.

Ya en la casa, realizan una ceremonia en familia agradeciendo a sus dioses. También comen mucho ajo para que haya un olor fuerte para que el espíritu del Nian no se acerque.

“Cuando terminamos de comer, todos en familia nos sentamos a ver el programa de televisión Gala del Año Nuevo Chino, una costumbre que inició en 1985 Se lo transmite en vivo y dura mínimo 5 horas”, explica Hank.

Pasada la media noche, los jóvenes se acercan donde el más adulto de la casa, le llevan comida o licor, y se sientan a conversar sobre lo que han hecho en todo el año y cuáles son los planes para el próximo. En la mañana siguiente todos se levantan con el sonido de los fuegos pirotécnicos. Comen fideos largos que significan vida larga. “La noche anterior, la víspera, ya se comió rabioles para la fortuna, ahora toca por la vida”, explica Hank.

La comida la preparan con semanas de anticipación, durante la fiesta solo se la calienta. El color que predomina en estas fiestas es el rojo porque representa fuerza, suerte y protección.

Los 12 animales chinos

“Según una leyenda china, el rey de la naturaleza convocó a una reunión a todos los animales del mundo para ubicarles en el zodiaco, los 12 primeros en llegar fueron los seleccionados”, explica Yao. A cada animal, un dragón que pertenece a la mitología china y 11 animales de la naturaleza, le corresponde un año. El próximo 8 de febrero de 2016 empieza el año del mono. Este animal representa la inteligencia, simboliza la sabiduría y es un ser muy veloz. Los otros animales son gallo, perro, cerdo, rata, vaca, tigre, liebre, dragón, culebra, caballo y cabra.

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Musulmanes

Fin de año, una fiesta que no se celebra

El calendario islámico también es un calendario lunar y el pasado 14 de octubre inició el año 1437. Según el portal web www.arabespanol.org, este calendario está compuesto por 12 meses lunares, organizados en ciclos de 30 años, durante los cuales los años 2-5-7-10-13-16-18-21-24-26 y 29 son bisiestos.

Un año normal tiene 354 días, mientras que los bisiestos 355, agregándole el día adicional al último mes del año. Los años de 354 días se llaman años simples y se dividen en 6 meses de 30 días y otros 6 meses de 29 días. Los años de 355 días se llaman intercalares y se dividen en 7 meses de 30 días y otros 5 de 29 días. Los meses comienzan con el fin de la Luna Nueva y el Muharram es el primer mes del año.

El primer día del año nuevo islámico no se trabaja. Aunque es una fiesta, esta no se celebra. Los musulmanes recuerdan el martirio que vivió Imam Hussein, nieto de su Profeta Muhammad, en 680 d.C., en la batalla de Kerbela que duró 10 días. Ahí murió junto a sus 72 seguidores, de los cuales un tercio eran sus familiares, según se explica en el mismo portal web.

En conmemoración a este hecho se realiza un desfile religioso donde olas de afligidos se cubren de negro con lo que buscan expresar “el dolor inconsolable que llevan por dentro”. En la tarde hay celebraciones religiosas en las mezquitas.

El próximo año el Muharram iniciará el 1 de octubre.