El Everest se queda solo
El año 2015 pasará a la historia del Everest como el primero en que nadie pisa su cumbre desde 1974.
El montañista japonés Nobukazu Kuriki se convirtió, de hecho, en la única esperanza para que este año la montaña no se quedara huérfana en su cima, pero finalmente desertó, porque, según señalan los expertos, el terremoto que sacudió a Nepal el pasado abril, provocó la retirada de muchos sherpas (guías hacia la cima). El resultado de este desastre natural fue que no hubo ninguna conquista del Everest, y lo que queda de año es prácticamente imposible que se produzca.
“Ya nadie sube”, sostiene la página Desnivel.com, especializada en montañismo. Además, nadie ha subido a ninguna de las 7 montañas más altas del mundo (Everest, K2, Kangchenjunga, Lhotse, Makalu, Cho Oyu y Dhaulagiri).
De acuerdo con este sitio, está claro que las circunstancias han sido más que excepcionales durante 2015. Tan excepcionales como el terremoto que afectó a Nepal y que provocó la muerte de más de 9 mil personas, así como más de 23 mil heridos e innumerables daños materiales.
El sismo desencadenó una avalancha que destruyó parte del campo base del Everest, lo que provocó varios fallecidos y el fin de la temporada de primavera por la vertiente nepalí.
Casi de inmediato, las autoridades chinas dieron por terminada la temporada también por la cara norte.
Según la publicación Desnivel.com, el histórico cero en el registro de cimas en el Everest de este año no ha sido algo aislado. Los terremotos de primavera, el cierre del Tíbet por las autoridades chinas en otoño y la poca afluencia de expediciones posmonzónicas (el monzón es un viento estacional. Se aplica al clima que tiene lluvias fuertes y abundantes en verano.) a Nepal, unida a las malas condiciones (demasiado calor, nevadas y caída de piedras) han dejado en blanco a la cumbre. En total, 9 de los 14 ochomiles no han sido ascendidos en 2015 (a falta de conocer el resultado del intento coreano otoñal a la montaña Lhotse).
En 2015 nadie ha subido a ninguna de las 7 montañas más altas del mundo (Everest, K2, Kangchenjunga, Lhotse, Makalu, Cho Oyu y Dhaulagiri), además del Nanga Parbat y el Shisha Pangma.
El Everest es la montaña más famosa del mundo. En los últimos 15 años se ha multiplicado la cantidad de gente que intenta subir a su cima. Esto ha llevado a complicar y hasta hacer abortar la ascensión de los escasísimos montañistas que lo intentan sin oxígeno.
Más restricciones
Según el diario español, El Mundo, la deserción en el techo del mundo también responde a razones económicas.
Participar en una expedición comercial al Everest con un mínimo de garantías supone para un escalador un desembolso de aproximadamente $ 60 mil.
El patrocinio (oficial y privado) ha sido desde hace años la vía más segura para cubrir estos gastos, pero la crisis económica ha provocado que muchas empresas y entidades no auspicien expediciones.
Esta es una de las razones por las cuales disminuyó el número de grupos que visitan las grandes montañas.
A esto se suman las críticas sobre la seguridad del monte y el impacto medioambiental que causan sus visitantes. Por ello, Nepal ha anunciado que impondrá nuevas normas para su ascenso, no solo con el objeto de aumentar esta seguridad, sino de “mantener la gloria de su escalada”.
Entre algunas de las nuevas normas ideadas por el gobierno nepalí estaría no dar permisos a aquellos que no puedan demostrar que han escalado montañas de más de 6.500 metros de altura.
Según la revista Quo.es, estaría prohibido el ascenso por completo a personas “muy mayores, muy jóvenes o discapacitados”.
Estas restricciones no solo han sido motivadas por las críticas recientes, sino también por una serie de muertes acaecidas en la montaña. En 2014, un accidente cobró la vida de 16 guías.
Este año, un terremoto provocó una avalancha que mató a 18 personas en el campamento base del Everest. Según explican los funcionarios de turismo de Nepal, desde hace varios años el monte se ha convertido en algo similar a un parque de atracciones.
En abril y mayo son muy frecuentes los atascos de tráfico, en los que adolescentes, octogenarios, personas con algún miembro amputado, enfermedades crónicas o discapacidades físicas han conseguido subir a la cima, lo que, según los expertos en escalada, es una prueba de que la montaña es demasiado accesible y que solo se necesita dinero, no habilidad, para llegar a la cumbre.
“Todo el mundo va al Everest”, reconoció Mohan Krishna, portavoz del ministerio de Turismo y Aviación Civil de Nepal, al periódico inglés The Guardian. “La cumbre del Everest debe ser digna y mantener la gloria de su escalada. Es por ello que el ministerio está trabajando para poner algunos límites. Mientras tanto, Tshering Sherpa, presidente de la Asociación de Montañismo de Nepal, duda de que las normas propuestas se cumplan.