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El Telégrafo
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Batalla de tomates

Batalla de tomates
06 de septiembre de 2015 - 00:00

La Tomatina, la fiesta en la que los participantes se arrojan tomates unos a otros, celebró la semana pasada su 70º aniversario.

Esta vez participaron más de 22 mil personas de 96 nacionalidades. De hecho, batieron su propio récord con el despliegue de 6 enormes camiones y más de 150 mil kilos de la encarnada verdura.

Taiwan, Kuwait, Barhein, Afganistán, Fiji o Nepal contaron con su peculiar representación en una de las batallas más conocidas. Sin embargo, los españoles, los británicos, los japoneses, los indios, los australianos y los americanos fueron los principales visitantes de la popular celebración de Buñol. Según el diario La Voz de Galicia, en esta edición la Tomatina tiene más tomates que nunca. Hasta 7 camiones (uno más que en 2014) repletos de esta verdura se plantan en el centro del pueblo dispuestos a ser saqueados por todos los participantes.

Buñol es una población de contrastes. Pionera en la industrialización de la Comunitat Valenciana, el municipio tiene un gran número de atractivos urbanos que giran alrededor de su castillo, magníficamente conservado.

A solo unos kilómetros del núcleo urbano, Buñol tiene una gran variedad de parajes naturales en los que el agua es el elemento común, con senderos para los amantes de la naturaleza, vías de escalada y rutas para bicicleta de montaña. Rodeado de montañas, el bosque mediterráneo es abundante.

Pasear por sus calles es una combinación de historia y modernidad, cuenta con varios parques urbanos, fuentes y música, un elemento omnipresente en Buñol. Esta localidad cuenta con dos de las bandas más premiadas a nivel nacional e internacional y numerosos eventos culturales que hacen de Buñol un municipio dinámico y en constante movimiento.

La Tomatina se celebra siempre el último miércoles del mes de agosto, dentro de la semana de fiestas de Buñol; el evento coincide con la fiesta de San Luis Beltrán, santo patrono de la ciudad, que se celebra durante de una semana, en el transcurso de la cual tienen lugar diferentes actividades y celebraciones previas que culminan con esta batalla de tomates que da fin a las fiestas.

La noche previa a La Tomatina, las calles se llenan de tomates mucho más apetecibles de lo que estarán al día siguiente. En la plaza, llena de paellas, se cocina sobre fogones de leña y se bebe vino hasta altas horas de la madrugada. El miércoles por la mañana, muy temprano, los comerciantes y propietarios de locales en torno a la plaza se afanan por proteger puertas y ventanas antes de la gran batalla.

Uno de los ritos de esta fiesta consiste en subir a un poste engrasado para alcanzar un jamón colgado en la parte superior.

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