¿Niños ahorradores?, sí es posible
En casa es donde se consigue fomentar desde las edades más tempranas la importancia del ahorro y hacer de este un hábito.
“El ahorro no es un concepto que esté relacionado solo con las personas adultas que tienen un determinado ingreso”, recalca Javier Velasco, director del Programa Finanzas Personales.
El experto señala que se puede iniciar con temas simples como el consumo de servicios básicos: apagar un foco encendido demás en el hogar, no desperdiciar el agua y reciclar son algunas de las formas para que los niños empiecen a tomar conciencia y contribuir con las cuentas en el hogar.
“Esa es una primera impresión del concepto de ahorro que debemos ir inculcando desde tempranas edades”, dice Velasco, al indicar como idónea la edad para empezar a los 6 o 7 años.
Nada es gratis
Los padres deben transmitir a sus hijos la importancia y el esfuerzo que hay detrás de la obtención de un salario que satisfaga las necesidades familiares. Entregarles una paga mensual fija les ayudará a aprender administrar su dinero.
Un objetivo es importante. Los padres pueden explicarles que si guardan el dinero, lo podrán utilizar para adquirir algo que ansíen mucho o para un proyecto a largo plazo. Hay que diferenciar entre deseo y necesidad.
¿Chanchito o cuenta de ahorros?
A los niños más pequeños, sobre todo, les gusta comprobar físicamente cómo crecen sus ahorros y contar seguido sus monedas. En este sentido, la alcancía es un excelente método para constatar cómo el chanchito va pesando cada día más.
En la medida en la que vayan creciendo, es hora de pasar de la alcancía a la primera cuenta bancaria. En Ecuador, las entidades financieras ofrecen diversos productos para niños y adolescentes desde 1 dólar de capital y tasa de interés hasta el 4% sobre el monto disponible.
“Para que tengamos un ahorro efectivo necesitamos tener ciertas ayudas. Si nuestros ahorros los guardamos en el cajón de nuestro velador, ante cualquier eventualidad, nosotros vamos a echar mano a ese dinero”, indica Velasco.
“De esta forma, los niños también están entendiendo conceptos bancarios como el interés. Son conceptos válidos que les ayudará a mantener un manejo inteligente de dinero”, añade.
En cuanto a los adolescentes, el experto manifiesta que son más propensos a sufrir presiones sociales por objetos que están de moda (celulares, tabletas, videojuegos), lo que puede llevarlos a obligar a sus padres a realizar gastos en objetos superficiales sin evidenciar un razonamiento sobre el uso del dinero y un pensamiento de ahorro a futuro. De ahí la importancia de educarlos.
¿Cómo pueden organizar sus gastos?
Pueden inculcarles a realizar es un presupuesto personal, que anoten sus objetivos y diferencien de sus deseos. Después de contar el dinero ahorrado, sabrán cuánto les falta para adquirir lo que necesiten o deseen.
Los padres deben hacer entender a sus hijos que una buena gestión de su dinero va de la mano con el ahorro, que es esencial para afrontar proyectos personales e imprevistos, y condiciona, en gran medida, nuestra calidad de vida futura. (I)