Volvió a la marcha para quedarse
La marchista fue la última ecuatoriana en ascender a lo más alto del podio panamericano. Su triunfo certificó así el dominio del país en esta disciplina, pues ganó tres de las cuatro pruebas de marcha sobre las calles limeñas.
La última en colgarse la medalla en esta edición también fue la primera en hacerlo en unos 50 kilómetros. En las ediciones previas nadie pudo lograrlo.
Esta vez no solo Ordóñez, con su medalla de oro, subió al podio, sino también Paola Pérez, quien la acompañó y consiguió el tercer puesto.
La guayaquileña, federada por la Federación Deportiva del Azuay, tuvo una competencia impecable. Consiguió su mejor marca personal, con 04h11m12s y además finalizó la prueba sin amonestaciones, algo muy difícil de conseguir en una prueba tan extensa y demandante.
Ordóñez corre en esta distancia desde 2018. En el Campeonato Mundial de Marcha por Equipos, en Taicang, China, probó esa distancia y consiguió el sexto puesto.
Así, su entrenador Julio Chuqui la animó a competir también en la prueba más exigente y no decepcionó. En abril de este año estuvo en la Copa Panamericana en México y se quedó con el segundo puesto. En Lima remató para ser primera.
Ordóñez estuvo sin competir durante cuatro años para dedicarse a su maternidad y cuidar de sus hijas Samantha y Tiffany. En noviembre de 2015 regresó a la actividad y no fue nada fácil.
Las cargas de entrenamiento fueron intensas y los viajes continuos, pero pudo mantenerse para seguir un camino triunfal.
En 2017 pensó en un retiro definitivo, pero el apoyo de su esposo fue vital para que continuara y le diera un plazo mayor a su actividad. (I) et
Como dice mi entrenador: cabeza fría, corazón ardiente. Lo hicimos bien y conseguí la presea