La importancia de una relación de ayuda sana
Dado que la demanda de cuidados se puede prolongar demasiado en el tiempo, es importante que considere que debe hacerlo de manera coherente y saludable, sin olvidarse de usted mismo.
Se recomienda establecer una relación de ayuda sana y preventiva, que asegure unos cuidados óptimos y eficaces, para ayudar a afrontar las diversas situaciones de la vida cotidiana. Por ejemplo, es muy importante:
- Analizar objetivamente la situación y poner límites. No solo limitarse a prestar el apoyo en las tareas de la vida diaria de la persona que cuida, sino, además, valorar la situación y dosificar la cantidad de cuidados.
- Conozca los medios para cuidar mejor. informarse, conocer los aspectos técnicos y los productos de apoyo adecuados le ayudarán a cuidar mejor.
- Reconozca y exteriorice sus sentimientos para pedir ayuda.
- Infórmese de los recursos sociosanitarios y redes de apoyo de su comunidad, sepa cómo y cuándo recurrir a ellos.
Actuando de esa manera contribuirá doblemente a lograr un bienestar físico, mental y psicosocial:
- De la persona cuidada, haciéndole sentir una persona útil y activa dentro de sus posibilidades personales, manteniendo su autonomía el tiempo que sea posible, y con sus vínculos con el medio que le rodea, mejorando así su calidad de vida.
- Del cuidador o cuidadora, al percibir que puede manejar la situación. Organizar tareas y poner límites a una demanda excesiva e injustificada de cuidados, y utilizar posibles “vías de escape”, para prevenir situaciones límite y mantener su vida personal y social.
Todos los aspectos mencionados contribuyen a mejorar su propia salud y calidad de vida. Además, al menos en cierta manera, a aliviar la situación de esfuerzo continuo en la que se ve inmerso, y que al ser mantenida en el tiempo terminaría en una sobrecarga física y psicológica, lo que en consecuencia derivaría en problemas de salud física y mental, que es a lo que más están vulnerables los cuidadores.