La idea de una sociedad para todas las edades implica tener la visión de una sociedad integrada por diferentes generaciones, que supera la clásica definición de generación orientada a la familia con padres, hijos y nietos, por un concepto que incluya a las generaciones como grupos de la sociedad.

Christel Wasiek, asesora de Cáritas Alemana y de la Red latinoamericana de Gerontología, considera que el envejecimiento poblacional es un fenómeno global que en el siglo XXI involucra a todos los países. Por esta razón, las relaciones intergeneracionales tienen su importancia en la lucha por la preservación de condiciones de vida justas y dignas para todos. Una sociedad para todas las edades es un proyecto que busca promover intercambio, diálogo, apoyo mutuo y solidaridad entre generaciones, con sus diferencias existentes por grupos de edad y etapas de ciclo de vida.

Frente a los múltiples retos que plantea el significativo aumento de la esperanza de vida en diversas regiones del planeta, es -sin duda- mucho lo que queda por hacer. No obstante, resulta auspicioso en tal sentido que conceptos como envejecimiento activo y saludable, aprendizaje permanente, mejora en la calidad de vida, fortalecimiento de las relaciones intergeneracionales, erradicación de los estereotipos negativos sobre la vejez y promoción del buen trato hacia los mayores, se instalen cada vez con mayor fuerza entre los temas que la sociedad discute.

Las Naciones Unidas consideran como una característica definitoria del siglo XXI el envejecimiento poblacional, en la mayor longevidad o incremento de la esperanza promedio de vida al nacer. Cada vez hay más personas con más de 60 años de edad, frente a una disminución paulatina de la población menor de 15 años.

En América Latina, que cuenta con una población que supera los 500 millones de habitantes, la esperanza de vida es, en promedio, 60 años y el porcentaje de quienes han vivido 60 y más años se acerca al 10%.

En el caso de Ecuador, el mismo Gobierno mencionó que en los próximos 11 años la población de adultos mayores en el país se duplicará, al pasar de 940 mil personas mayores de 65 años, según el Censo de Población y Vivienda de 2010, a 1,8 millones de personas. Ante este escenario, se trabaja en una política pública integral para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.